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Viernes, 2 de septiembre de 2011

FOTOS

Tu imagen por tu ausencia

Gonzalo Pérez inaugura su primera muestra individual con una serie de retratos que cuenta más de él que de su retratado.

 Por Leandro Ibáñez

“Cuando sentimos miedo, disparamos. Pero cuando sentimos nostalgia, hacemos fotos”, sostiene Susan Sontag en su eterno ensayo Sobre la fotografía, y es tan cierto como cruel. Fotografiamos aquello que presentimos finaliza, lo que sabemos que cambiará, que con el correr de la historia –sea la nuestra, sea la del mundo– dejará de existir. Mi ex, fotógrafo. Retratos de un amor es la actual muestra fotográfica de Gonzalo Pérez que se puede ver en las paredes de Fedro Librería hasta mediados de septiembre. Imágenes pequeñas, algunas medianas, otras grandes. Unas setenta fotos color de lo más variadas, de verdes paisajes, de grises ciudades, pasando por cementerios de cemento, por montañas, mares y ríos, testigos de celestes cielos, de nubes tormentosas. Y aunque en todas ellas el panorama es diverso, un elemento en común las encadena. Ese eslabón es quien supo ser el objeto de deseo del autor.

A través de cuatro años y múltiples viajes se fueron tomando las fotos que forman parte de la exposición, en su origen pensadas por Pérez como un mero registro del retratado, una mirada sobre aquel que era su amor. Pero detrás de esa primera lectura, que movilizó al fotógrafo en las profundidades de su esencia, ¿el miedo a la pérdida, la nostalgia de la soledad? Preguntas obligadas por Sontag.

En cada imagen él, un ex que no se nombra. Por momentos en primer plano, en otros pequeño, casi perdiéndose en la grandeza del entorno. Sólo conocemos el revés de su torso, su nuca, un solapado perfil. “De espaldas para mirarte, de espaldas para irte, de espaldas para volverte, de espaldas para eternamente besarla, de espaldas para olvidarte...” Siempre adoptando esas posiciones extrañas tan propias de los fotógrafos; porque este ex tiene la peculiaridad de también ser un fotógrafo. Entonces el fotógrafo es fotografiado y así se vuelve modelo. El público descubre una especie de juego de mamushkas, primero observa ese mundo en el que hizo foco el autor, y luego proyecta la imagen mental de aquello que ese fotógrafo –devenido modelo– buscaba capturar con su cámara. La fotografía dentro de la fotografía, un espejo que refleja su propia mística. Y aunque la serie pareciera tan autorreferencial, no debemos olvidar que la imagen fotográfica es una herramienta social y política, aquí presente cuando autoadhesivos emoticones cubren la cara del retratado, por respeto dice el autor, pero fundamentalmente porque la visibilidad sexual aún sigue generando rostros velados o nombres no pronunciados.

Hans Belting enuncia que “las imágenes hacen visible lo ausente, la incertidumbre (...) se compensa con su presencia en imagen...”. Y en las paredes de Fedro, la prueba del enunciado. El proceso creativo de esta muestra surge como necesidad de lidiar y supurar eso que siempre queda luego de la ruptura. Una manera de hablar de un otro que ya no está, no físicamente, y así Gonzalo Pérez relata lo que vio cuando el amor acabó “de espaldas por indiferencia, de espaldas por independencia, de espaldas por momentos, de espaldas...”.

Fedro Librería
Carlos Calvo 578
Lunes a sábado de 12 a 21

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