CRONICAS DE “TEMAS NUESTROS”
¿Puede una institución entera autodeclararse libre de discriminación? Eso hizo hace dos semanas la Universidad de Córdoba y también lo han hecho otras universidades nacionales. Mientras esperamos la ley, rompemos algunas trampas.
› Por Juan Manuel Burgos
Fue una sesión histórica y la sala de reunión del Honorable Consejo Superior estaba, como pocas veces, repleta. Muchos rostros eran familiares: activistas, militantes, amigxs, conocidxs, profesorxs, compañerxs, las altas autoridades universitarias y lxs principales punteros políticos de La Docta, personajes de esos que sólo se ven por la tele (y es que cámaras tampoco faltaron, por supuesto). Tal es así que hasta me pareció ver a Lux montada en unos tacos con plataforma y tomando notas en su agendita de bolsillo en la otra punta del recinto. No era para menos: asuntos importantes integraban la agenda del día.
La primera resolución en salir fue la facultarización de la Escuela de Artes y con ella salieron también la mitad de las personas que poblaban el salón, todxs celebraban afuera esta medida que otorgaba a la academia artística independencia institucional respecto de la Facultad de Filosofía y Humanidades. Como alumno de la licenciatura en pintura que soy, me retiré a festejar unos instantes y entre risas y abrazos me di con varios profesores que me decían lo mismo: “Ahora es el turno del tema de ustedes, suerte con eso”.
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El pasado martes 18 de octubre, la Universidad Nacional de Córdoba fue declarada “una institución libre de discriminación por expresión e identidad de género”, estableciendo que “todas las dependencias académicas y administrativas de la misma deberán, en toda circunstancia, reconocer la identidad de género adoptada y autopercibida de cualquier persona a su solo requerimiento, cuando ésta no coincida con su nombre y sexo registrales”.
Esta resolución que funda sus antecedentes en ordenanzas de similar tenor como los proyectos aprobados por el Consejo Directivo de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA (julio 2010. Res. 680), el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Comodoro Rivadavia San Juan Bosco (junio 2011. Res. 53/11) y la Facultad de Periodismo y Comunicación de la Universidad Nacional de La Plata (Res. 25/2008), “entiende como una necesidad de la Universidad Nacional de Córdoba avanzar en políticas no discriminatorias, inclusivas y de respeto de la identidad de género”.
Para ello se pusieron en consideración diversos tratados, pronunciamientos y convenciones internacionales sobre derechos humanos, entre los que se destacaron los Principios de Yogyakarta y la Resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas sobre DD.HH., orientación sexual e identidad de género, como así también distintos instrumentos y disposiciones legales nacionales que iban desde la declaración de igualdad ante la ley de la Constitución Argentina hasta la aprobación de la Ley Nº 25.673 que crea el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, la Ley Nº 23.592 sobre actos discriminatorios, la Ley Nº 26.618 de Matrimonio Civil y la Ley Nº 26.657 sobre derecho a la protección de la Salud Mental.
En adelante, lxs estudiantes podrán acreditar su identidad a todos los efectos que tengan lugar en el ámbito de la UNC (exámenes, cursadas, trámites, servicios, entre otros) con su libreta o credencial estudiantil en la que aparecerán su identidad autopercibida y su nombre elegido, la utilización del mismo se habilitará mediante la presentación de una nota, por única vez y con carácter de declaración jurada.
Es importante destacar que estos derechos no se reservan únicamente para los alumnos y alumnas trans sino que se extienden a personas trans de otros claustros, garantizando también el derecho a la identidad de docentes, egresados y no docentes. Esta reglamentación no les exige a quienes se identifican como trans encarnar ningún estereotipo de feminidad o masculinidad, ni mucho menos certificación médica, psiquiátrica o psicológica. A diferencia de la mayoría de los dispositivos institucionalizados de reconocimiento de las identidades trans, la UNC adopta medidas despatologizantes y descriminalizantes. La ordenanza aprobada no plantea restricciones respecto de la edad; esto permitirá extender sus alcances a quienes estudian en los colegios secundarios que dependen de la universidad, el Manuel Belgrano y el Montserrat.
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Una y otra vez escuché esa reproducción ritualizada de exterioridad y cisexismo, el devenir tema y devenir otro de quienes comenzaban a saborear el tan ansiado reconocimiento institucional. Poco a poco se fueron yendo, felices y sin registrar mi respuesta rabiosa:
“Eso de su tema sólo funciona si en tu nueva facultad no pensás tener alumnos trans, el reconocimiento de la identidad de género es algo que nos beneficia a todos, no sólo a un grupo, nos garantiza el derecho a...”
Mi voz se fue perdiendo en la antesala abovedada con un eco resonando en mi cabeza que advertía —y todavía advierte— que aquello era sólo un comienzo, que el trabajo por la inclusión social de las personas trans en el ámbito universitario será arduo y será lento, pero que de ser así es conveniente tener buenas legislaciones al respecto. Volví donde se sesionaba para fundirme en abrazos y dedos cruzados transdeseantes, expectante de que el nombre que nos nombra por fin sea la ley y no la trampa.
Ha sido un avance histórico para nuestra comunidad, más allá de las diferencias entre las organizaciones, esto es un signo de que estamos juntos y de que en la lucha colectiva se gana para todos y para todas. Esta medida va a facilitar el ingreso, la permanencia y el egreso mismo de todas las compañeras que estén en condiciones de estudiar en la universidad.
Nos da mucha fuerza para seguir luchando por la Ley de Identidad de Género Nacional, pero aparte de eso es un paso concreto, nos sentimos sumamente cómodas viviendo una experiencia de integración y de sentir que se estaba hablando de nosotras con respeto.
Creemos que va a mejorar la calidad de vida de las personas trans porque es una resolución muy amplia que incluye el reconocimiento en el ámbito de la salud; para nosotras es muy necesario que influya en la formación de los futuros médicos y de los actuales. Nos emocionó que el decano de Medicina tomara la responsabilidad como la tomó, no lo esperábamos.
“Yo quedé helada cuando las personas empezaron a tomar la palabra, fue tan fluido, se notaba que estábamos de acuerdo y que sabían de lo que hablaban. Hablábamos todos el mismo idioma. Fue algo histórico. Rotundamente un SI. Me impresionó personalmente la buena predisposición de cómo nos recibieron los volantes, nos sentimos cuidadas, respetadas y cómodas.” Nadia Molina, coordinadora provincial de ATTTA (Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina), Córdoba.
“En el año 2008 presenté mis antecedentes para concursar un cargo en la Escuela de Trabajo Social de la UNC, pero el jurado fue instruido para considerar sólo aquellos antecedentes donde figurara mi nombre legal y/o mi número de documento, lo cual en la práctica dejaba fuera de esa consideración a mis publicaciones y a la mayor parte de mis certificados. Presenté un recurso y dos años después la universidad se expidió a mi favor, admitiendo esas publicaciones y esos certificados en el concurso. A lo largo de esos dos años la situación fue dolorosa, pero sobre todo absurda: seguía asistiendo a jornadas donde la misma universidad que desconocía mi nombre me entregaba certificados que decían ‘Mauro Cabral’.”
“La resolución que se acaba de aprobar afecta positivamente a todo el ámbito universitario, no sólo porque vuelve al espacio de la UNC más inclusivo sino porque sirve también para visibilizar la situación completa de las personas trans: en las aulas, pero también en los hospitales escuelas, como usuarias del sistema público de salud. Otro aspecto positivo es que hace que la población universitaria que no es trans comience a preguntarse dónde están las personas trans e, inmediatamente, por qué la mayoría está afuera. En ese sentido me parece que la ordenanza funciona también como una agenda de inclusión.”
Mauro Cabral, activista trans e intersex. Lic. en Historia, egresado de la UNC. Co-director del Grupo de Investigación Incorporaciones.
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