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Para contrarrestar uno de los grandes males contemporáneos –el estrés– se está reflotando en todo el mundo aquella vieja costumbre romana de darse baños en aguas cálidas por el mero placer de relajarse. En las localidades costeras de la provincia de Buenos Aires la oferta de hoteles-spa se ha diversificado como en pocos lugares del país, ofreciendo programas de salud con una base médica, tratamientos de belleza y un elevado nivel de confort en el servicio.
El spa es por lo general un lugar silencioso, con poca gente. Allí uno se entrega exclusivamente al placer de cuidar el cuerpo. De alguna manera, es como ingresar en una burbuja que ofrece un contexto armonioso donde recobrar energías para enfrentarse de nuevo a la gran ciudad. Cada spa tiene su restaurante donde se come bien y dispone de entretenimientos a cargo de un equipo de animación que permite a los padres “despedirse” de sus hijos por la mañana y reencontrarlos recién al llegar la noche.
Uno de los servicios más utilizados por los clientes es el de masajes, y cada spa tiene su equipo especializado en masoterapia. Además del sauna seco y a vapor con esencias de eucaliptos, siempre hay una ducha escocesa –con diferentes chorros a presión que masajean todo el cuerpo– y un completo gimnasio con aparatos. Suele haber también salas de video con pantalla gigante y mesas de ping-pong o de pool.

En Mar del Plata
El complejo turístico marplatense Torres de Manantiales Apart Hotel cuenta con un spa de salud ubicado a 18 kilómetros de las Torres, al sur de Mar del Plata sobre la Ruta 11, donde los visitantes son atendidos por un equipo profesional compuesto por médicos, nutricionistas, profesores de educación física y especialistas para cada una de las terapias de masajes, hidroterapia, fangoterapia y tratamientos cosmetológicos. El spa ocupa un área de 8 hectáreas de bosques surcados por un arroyo y senderos ecológicos que rodean una piscina al aire libre y otra cubierta, dos canchas de paddle, juegos para chicos y hasta un gran laberinto. Además de la piscina cubierta, hay otra más pequeña con capacidad para diez personas equipada con un hidrojet, cuyas aguas –que provienen directamente del mar– se calientan hasta los 37 grados para favorecer la absorción en la piel de los componentes inorgánicos del mar (sodio, potasio, calcio, magnesio, cloro y carbonatos). Además de la playa privada, el spa dispone de cabañas emplazadas sobre los médanos para los huéspedes y también se atiende al público en general. Si el visitante se aloja en las Torres el acceso se paga aparte y hay un transporte desde el hotel.
Otra opción para el veraneante marplatense es el Club Vacacional RCT, ubicado a 12 kilómetros del Faro de Punta Mogotes. El complejo residencial ofrece una alternativa de turismo para grupos familiares en departamentos en medio del bosque y cerca de la playa, donde se dispone de un spa con sauna, jacuzzi, ducha escocesa, hidromasaje y una piscina climatizada semiolímpica cubierta con un gran cubo de vidrio. Numerosos senderos conducen por el bosque hasta las unidades de dos pisos que suman un total de 200 habitaciones con TV por cable, teléfono, horno microondas, vajilla completa, frigobar, cocina eléctrica y servicio de mucama. Pueden albergar entre 3 y 8 personas según el tamaño de la habitación y disponen de amplios ventanales con vista al bosque. En un subsuelo debajo de la piscina están las instalaciones del spa. Una singularidad del spa de RCT es que durante el verano se instala un gabinete de masajes en la playa del complejo. Las alternativas son varias, ya que el equipo de masoterapia dispone de masajistas especializados en diferentes técnicas.

Pinos, mar y pampa
Ubicado a metros de la playa en Pinamar, sobre la Avenida del Mar, Terrazas al Mar es el nuevo nombre del Ramada Resort Pinamar. Los cuartos disponen de cocina con heladera, licuadora, horno a gas y microondas, y vajilla. En el living hay una gran mesa para seis personas, un minicomponente y un sofá junto al balcón con vista al mar. Elsector del spa tiene una original disposición arquitectónica, con el gimnasio ubicado a un costado de la pileta –en un nivel superior–, pero conectado visualmente a través de un vidrio con el sector de la piscina y el jacuzzi. El baño sauna y el finlandés, con vapor de eucaliptos, complementan el spa, junto con la sala de masajes y tratamientos de belleza.
Y si de bosques se trata, en el corazón mismo del bosque de pinos de Mar de las Pampas, a 6 kilómetros de Villa Gesell, está el spa La Mansión del Bosque. Este appart-hotel dispone de habitaciones dúplex equipadas con videocasetera y sistema de hidromasaje en la bañera. Como todo el techo de la parte inferior es de vidrio, se tiene la sensación –que por otra parte es una realidad– de estar durmiendo en medio de los pinos.