La primera ceremonia fue la de abdicación de la reina al trono que ocupó durante 33 años, y la cesión inmediata a su hijo mayo, que a sus 46 años no sólo se convirtió en el monarca más joven de la actualidad sino el primero de los países Bajos en 123 años. "Hoy cedo el lugar a una nueva generación", dijo Beatriz antes de estampar su firma en el salón Moisés del Palacio Nacional, en la céntrica plaza Dam.

En calidad de testigos firmaron el acta, entre otros, Guillermo Alejandro y su esposa Máxima Zorreguieta, quienes desde el momento mismo de la firma de la reina se convirtieron en reyes, aunque la investidura oficial se llevó a cabo varias horas después en la Iglesia Nueva de Ámsterdam.

Después de la ceremonia de abdicación, la nueva familia real, con sus tres hijas, y la princesa Beatriz aparecieron en el balcón del Palacio Nacional para saludar a los miles de holandeses y turistas extranjeros, muchos de ellos vestidos de naranja, el color de la Casa Real holandesa, que estaban congregados desde las primeras horas de la mañana en la emblemática plaza de Ámsterdam.

En una breve alocución, el rey Guillermo Alejandro dio las gracias a su madre por los 33 años "emotivos e inspirados" de su reinado y agradeció al pueblo holandés "el apoyo y la confianza" recibidos. Tras entonar el himno nacional de Holanda, los reyes con sus tres hijas, vestidas de amarillo con una flor del mismo color en el cabello, durante varios minutos saludaron sonrientes a la multitud.

El nuevo rey de los Países Bajos, un territorio con 16,7 millones de habitantes y que engloba a Holanda, Aruba, Curacao y Sint Maarten, quiso rendir homenaje a su madre y agregó que "en nombre también de la reina, les agradezco a ustedes todo el apoyo y la confianza".