La Policía de la Ciudad de Buenos Aires sigue firme, incansable en su lucha contra el delito. En la mañana de ayer, en la zona de Retiro, un equipo de al menos seis efectivos procedió a incautarle el carrito a un cafetero que trataba de ganarse la vida en la calle. En medio de un coro de insultos de los transeúntes, los policías empezaron a tirar en la alcantarilla los termos de leche y café, e incluso se vio a una agente aplaudiendo satisfecha por su tarea. En cambio, el paquete con las facturas que también vendía el hombre no fue a la basura sino directo a la camioneta policial, seguramente para realizar algún peritaje necesario para esclarecer tan peligroso acto delictivo.