La falta de planificación estatal provoca una oscilación del precio en góndola que afecta seriamente a las familias productoras.
En febrero, la canasta básica alimentaria subió 3,2 por ciento, mientras que la inflación general se ubicó en el 2,4 por ciento.
El número refleja el impacto de la crisis provocada por la escalada de precios y la recesión. Surge de informes privados.
El sitio especializado le brindó un puntaje de 4 de 5 a un reconocido licor regional, tras calificar varias bebidas de origen internacional.
El mes pasado, la inflación trepó al 25,5 por ciento, empujada por alimentos básicos, remedios y naftas. Se espera que en los meses próximos los precios no aflojen.