Durante el primer trimestre de 2019, el 10 por ciento de la población con mayores ingresos familiares obtuvo 21,2 veces más que el segmento menos favorecido.
Datos oficiales confirman el deterioro de la situación social en 2018, cuando aumentaron la inflación, la pobreza, el desempleo y ahora, también, la desigualdad.
La aparente mejora no es contradictoria con la recesión. Aunque todos perdieron, la aceleración inflacionaria y la destrucción de empleo impactaron más sobre los trabajadores registrados.
Los indicadores de desigualdad social del Indec para el cuarto trimestre de 2017 muestran una mejora respecto de la situación crítica que exhibían en igual período de 2016. El índice Gini pasó de 0,428 a 0,417 entre ambos períodos.
A partir de información estadística sociodemográfica, económica y política, se construyeron 87 indicadores para medir de qué autonomía económica, física y para la toma de decisiones disponen las porteñas. Se puede consultar online.
Un informe de la ONG Oxfam señaló que en 2017 el 82 por ciento de la riqueza global fue a parar a los bolsillos del uno por ciento de la población. La brecha con 3700 millones de personas, media humanidad, se agranda cada vez más.
Agustín Salvia, de la UCA, relativizó las cifras del Indec que señalan una merma en la cantidad de pobres. Alertó sobre el crecimiento de la brecha social y el impacto negativo de un tarifazo y una reforma laboral como la de Brasil.
La configuración de la identidad de las mujeres a lo largo de la historia es la clave para entender la desigualdad actual, asegura la investigadora, y plantea que el orden patriarcal está constituido en la disociación entre la razón y la emoción. Sus trabajos con comunidades orales y modernas.