La última resistencia
Misterioso y flagelado, el país caribeño se yergue una y otra vez con soberbia determinación y la plena conciencia de que “nadie es Haití”. Entre estofados de chivo, cadenitas de los Yankees, camionetas industria asiática y muñecos vudú, los haitianos parecen extras de su propio país, invadido por Naciones Unidas y productos made in USA.