ECONOMíA › EL GOBIERNO BRITANICO INTENTA FRENAR LA CRISIS

Sólo faltan las cacerolas

La imagen hizo recordar a la Argentina de 2001, pero volvió a repetirse ayer, en Londres. Como ocurre desde el viernes, largas filas de clientes se ubicaron en las puertas del banco británico Northern Rock con la intención de recuperar su dinero. En los últimos dos días, la entidad sufrió la pérdida de unos dos mil millones de libras de depósitos (tres mil millones de euros) y el gobierno de Gordon Brown, en coordinación con el Banco de Inglaterra, salió a garantizar los depósitos de los asustados ahorristas, en un intento por detener la sangría.

Sin embargo, ni los llamamientos a la calma del presidente del banco, Adam Applegarth, ni el respaldo de las autoridades impidieron que los depositantes hicieran cola desde la madrugada para reclamar sus fondos. El Northern Rock es el quinto prestamista de hipotecas de Gran Bretaña, y ayer sus acciones se derrumbaron más del 35 por ciento. La entidad es todo un símbolo del traslado de la crisis hipotecaria en Estados Unidos a Europa.

La crisis amenaza, además, a la administración de Gordon Brown, quien fue ministro de Economía de Blair durante la última década y hoy es acusado por la oposición de haber alentado la especulación inmobiliaria. Ayer, el ministro de Finanzas, Alistair Darling, anunció una garantía total de depósitos. “Los clientes de Northern Rock podrán continuar retirando sus ahorros, pero también podrán dejarlos, porque estarán protegidos y seguros”, afirmó. Hasta ahora, la garantía oficial cubría sólo hasta 35 mil libras.

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