En 2007, la Argentina exportó mercaderías y bienes por 55.933 millones de dólares, lo que representó un incremento del 20,4 por ciento respecto de 2006. Por otro lado, las importaciones sumaron 44.780 millones de dólares, lo que implicó una suba del 31,1 por ciento. Estos números representan un saldo positivo de la balanza comercial de 11.154 millones de dólares. Según el Indec, el índice de intercambio comercial, que mide la relación entre los precios de exportación e importación, aumentó el año pasado un 3,6 por ciento, el crecimiento más grande desde 1993.

El incremento en la cifras de exportaciones respondió tanto a la suba de los precios internacionales, que fue de 11,5 por ciento, como a las cantidades exportadas, que crecieron un 8 por ciento. Por el lado de las importaciones, hubo un incremento en las cantidades importadas del 21,9 por ciento mientras que la suba de los precios representó un 7,6 por ciento. Para Marina dal Paggetto, de la consultora Bein y Asociados, el saldo del intercambio comercial resultó menor al calculado a principio del año pasado. “A raíz de los problemas energéticos, Argentina se vio en la necesidad de importar más combustibles, uno de los commodities que más aumentó en 2007”, indicó la economista a Página/12.

Según el Indec, el aumento de las cantidades exportadas fue impulsado por los mayores volúmenes de las manufacturas de origen industria (MOI), los productos primarios y no tanto por las manufacturas de origen agropecuario (MOA). Mientras que los aumentos de los precios de las exportaciones se dieron principalmente en el sector agropecuario. Las ventas agroalimentarias al exterior alcanzaron un record de 66,3 millones de toneladas y reportaron ingresos por 22.037 millones de dólares; y los productos agrícolas representaron 17.512 millones de dólares.

La suba de las cantidades exportadas de las MOI fue impulsada por los mayores embarques en todos los rubros, principalmente máquinas y aparatos eléctricos (23,8 por ciento); productos químicos (10 por ciento); y metales comunes y sus manufacturas (4 por ciento). En relación con los productos primarios, las mayores cantidades se dieron en la soja (50,1 por ciento) y en los cereales, donde el maíz registró un incremento del volumen de exportación del 41,5 por ciento.

El economista Andrés López, director del Centro de Investigaciones para la Transformación (Cenit), puso ciertos reparos sobre este saldo comercial favorable. “Está claro que la matriz exportadora del país necesita una mayor diversificación porque todavía están concentradas en un pequeño complejo industrial, que depende básicamente de los recursos naturales. Aparentemente, el Gobierno está dando señales al querer impulsar las exportaciones de servicios”, afirmó el economista a este diario. En este sentido, la semana pasada Martín Lousteau, ministro de Economía, estuvo reunido con empresarios de la industria informática para hablar de las ventajas competitivas de esta actividad. Entre 2000 y 2007, las exportaciones del sector crecieron siete veces, alcanzando un total de 380 millones de dólares anuales.

“La política destinada a tener un saldo comercial favorable, sumado a un alto nivel de reservas calculadas en 48.414 millones de dólares, alivia al Gobierno de la necesidad de salir a buscar dinero en el mercado internacional, sobre todo en tiempos donde se viven los avatares de una crisis financiera mundial”, resumió López.