EL MUNDO › BEIJING LO ACUSA DE SABOTEAR LOS JUEGOS

El Dalai Lama no es olímpico

El líder espiritual tibetano Dalai Lama amenazó ayer con renunciar como jefe del gobierno tibetano en el exilio si siguen las protestas en el Tíbet y otras zonas de China de población tibetana, luego de que China lo acusara de orquestar los disturbios para empañar los Juegos Olímpicos. Los comentarios del Dalai Lama y el primer ministro chino, Wen Jiabao, coincidieron con denuncias de más muertes y cientos de arrestos en nuevas manifestaciones.

Sin embargo, el virtual cerco y aislamiento del mundo exterior impuesto por el ejército chino al Tíbet y a otras regiones de China con comunidades tibetanas, sumado a las limitaciones a los periodistas extranjeros, hacían difícil verificar de manera independiente los divergentes informes sobre la situación. “Si las cosas se vuelven incontrolables, la única opción es renunciar por completo”, dijo el líder religioso budista desde Dharmsala, en India, adonde está asilada.

Uno de sus colaboradores dijo que si los tibetanos optan por la violencia el Dalai Lama renunciará como líder político, no como líder espiritual, “porque está completamente comprometido con la no violencia”. El Dalai Lama convocó a conferencia de prensa poco después de que el primer ministro chino denunciara a los seguidores tibetanos del Dalai Lama como separatistas y los acusara de instigar a la violencia en Lhasa, capital del Tíbet, para empañar los Juegos Olímpicos que se celebrarán en Pekín en agosto próximo.

“Tenemos abundantes pruebas de que estos incidentes fueron organizados, premeditados, dirigidos e incitados por la camarilla del Dalai”, dijo Wen, en la reacción oficial china de mayor nivel hasta el momento. “Quieren empañar los Juegos Olímpicos de Pekín”, acusó Wen. Las actuales protestas en Lhasa, que están encabezadas por monjes budistas, comenzaron pacíficamente el 10 de marzo pasado en coincidencia con el aniversario de la fallida rebelión de 1959. Pero las manifestaciones, el mayor desafío a China en 20 años, se tornaron cada vez más radicales, y el viernes pasado degeneraron en extendidos hechos de violencia callejeros. La crisis generó presión internacional sobre China y pedidos de calma de la ONU, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos.

En Seda, en la provincia china de Sichuan, miles de tibetanos salieron ayer a las calles para protestar, y la situación era “extremadamente tensa”, según informó el Centro Tibetano por los Derechos Humanos y la Democracia desde su sede en la India.

Mientras tanto en distintas ciudades del mundo y a través de intenet los seguidores del Dalai Lama protestaron la represión en el Tíbet.

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