EL MUNDO › LA CUMBRE DE LA OTAN ESCENIFICO EL REENCUENTRO ENTRE LOS VIEJOS ADVERSARIOS

Acuerdo con Rusia para seguir la guerra

La OTAN y Rusia acordaron incrementar la colaboración en Afganistán, que afectan al tránsito por territorio ruso de material y equipamiento militar. Moscú también acordó a entrenar pilotos y agentes antinarco afganos.

La OTAN y Rusia abrieron ayer la puerta a una nueva era en su relación, que puede marcar el futuro de la seguridad en Europa, con la decisión de explorar las posibilidades de cooperar en un escudo de protección de todo el territorio europeo frente a ataques con misiles. El secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen, anunció el acuerdo al término de la cumbre celebrada en Lisboa, que reunió a los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la OTAN con el presidente ruso, Dimitri Medvedev. Fue la primera cumbre después de que las zigzagueantes relaciones de Moscú y la organización político-militar occidental sufrieran una dura prueba con la guerra entre Rusia y Georgia en agosto de 2008, que causó un congelamiento de la cooperación.

La reunión de anteayer al más alto nivel escenificó la plena reconciliación y el deseo de ambas partes de afianzar los vínculos. Para Rasmussen, las decisiones adoptadas hoy suponen un nuevo comienzo en la colaboración entre los antiguos adversarios, tras constatar ambas partes que ya no representan una amenaza mutua, sino que, por el contrario, afrontan los mismos desafíos –terrorismo, extremismos, proliferación de armas de destrucción masiva, tráfico de estupefacientes y piratería–.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, definió el nuevo espíritu que reina al afirmar “Rusia es un socio, no un adversario” en una conferencia de prensa.

El comunicado de la cumbre asumido por ambas partes se hace eco de ese espíritu. “Hemos entrado en una nueva fase de cooperación hacia una auténtica asociación estratégica”, señala. El texto recoge el acuerdo para analizar las posibilidades de la cooperación en un sistema de defensa antimisiles y el encargo de un estudio que será evaluado por los ministros de Defensa de ambas partes el próximo mes de junio.

Según el secretario general de la OTAN, los detalles de esa colaboración no pueden ser todavía concretados y lo que se ha acordado hoy es iniciar un análisis para ver si se puede desarrollar la cooperación, ya que hay cuestiones técnicas que es preciso aclarar. Fuentes de la Alianza explicaron que no se trataría de desarrollar un único sistema integrado de defensa contra misiles balísticos, sino de hacer compatibles el escudo de Rusia con el de la OTAN.

La organización desarrolla en la actualidad un sistema de defensa antimisiles de protección de tropas desplegadas, que se quiere adaptar para convertirlo en un escudo que dé protección al territorio y a las poblaciones europeas. El presidente ruso puntualizó que su aceptación a participar en el escudo con la Alianza está supeditada a que la colaboración se desarrolle en pie de igualdad y con transparencia.

También dijo que Moscú tiene que analizar qué va a ser ese sistema antimisiles, sobre el que advirtió que podría romper el equilibrio de fuerzas. No obstante, confirmó la disposición de su país a estudiar la propuesta de la OTAN, un paso muy significativo después de la frontal oposición del Kremlin a los planes del anterior presidente de EE.UU., George W. Bush, de crear un sistema antimisiles que requería emplazamientos en Polonia y la República Checa.

Para Medvedev, en el mundo actual los países son interdependientes, y las decisiones de unos influyen sobre los demás, por lo que advirtió que si no se llega a un acuerdo en torno de la defensa antimisiles en diez años habrá una nueva carrera nuclear, lo que, dijo, no beneficiaría a nadie. En este contexto, abogó por evitar una nueva carrera nuclear que repercutiría negativamente sobre el desarrollo de Rusia y la calidad de vida de sus ciudadanos y en la de otros países.

La OTAN y Rusia también alcanzaron ayer otros acuerdos, entre ellos incrementar la colaboración relativa a la estabilización de Afganistán, que afectan al tránsito por territorio ruso de material y equipamiento militar. Rusia va a incrementar también su ayuda a ese país, del que tuvo que retirarse en 1989 tras una ocupación de diez años, con el entrenamiento de pilotos de helicópteros, y abrirá un segundo centro de preparación de especialistas de lucha antidroga para personal de países centroasiáticos.

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El presidente ruso Dimitri Medvedev participa de la cumbre de la OTAN en Lisboa.
Imagen: AFP
 
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