EL MUNDO › LA OPOSICIóN FRANCESA SE QUIERE SACAR DE ENCIMA LA SOMBRA DE STRAUSS-KAHN

Una brújula para los socialistas

Harlem Desir, número dos del partido de la rosa, aclaró ayer que el PS no estaba “ni decapitado ni debilitado”. El responsable del partido de oposición francés llamó a sus filas a mantener el rumbo para el 2012.

 Por Eduardo Febbro

Desde París

Las crisis no cambian los rumbos de la agenda socialista. El PS francés, apaleado por los coletazos del caso Strauss-Kahn, precisó ayer que no modificaría la agenda política prevista. Harlem Desir, número dos del partido de la rosa, aclaró ayer que el PS no estaba “ni decapitado ni debilitado”. El responsable del PS llamó a los socialistas a “mantener el rumbo para 2012. Las primarias tendrán lugar en las fechas previstas”, dijo Harlem Desir. Ello significa que las candidaturas para la elección interna se tendrán que presentar entre el 28 de junio y el 13 de julio y que la primera vuelta se celebrará el 9 de octubre. Según el mismo responsable, “el PS estará en la cita de la alternancia de 2012”, tanto más cuanto que, insistió, el “caso Strauss-Kahn es un caso privado y no un asunto político”.

Después del golpe, el PS intenta rehacer sus tropas con vistas a la batalla presidencial del año próximo. Los comentaristas políticos ya sacaron a Dominique Strauss-Kahn del juego presidencial. Sólo un milagro, algo así como el descubrimiento de una manipulación perfectamente orquestada, podría devolverlo al centro de la arena electoral. El PS perdió mucho. Como pocos, Strauss-Kahn había sabido enarbolar las banderas de la socialdemocracia y federar en torno de su nombre un sólido movimiento de electores cuyos orígenes iban más allá de las filas del PS. De hecho, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, propulsó su candidatura a la cabeza del FMI para alejarlo de Francia, pero la crisis financiera internacional y el papel que el FMI desempeñó en ella introdujeron a Dominique Strauss-Kahn en el corazón de las esperanzas francesas.

El director gerente del FMI era, para los electores, el hombre que sabía lo que era necesario hacer para salir del marasmo porque venía del gran mundo. La coartada de Sarkozy se volvió contra él. Pero el caso del hotel Sofitel cambió el destino de todos. El PS busca ahora evitar que la onda expansiva atraviese el Atlántico y termine de hundir al partido. La urgencia está en sacarse de encima la sombra de Dominique Strauss-Kahn, a quien la prensa da por muerto, caído para siempre, culpable y casi en el infierno. En un encuentro con periodistas del diario Libération –en abril pasado– Strauss-Khan les dijo: “Sí, me gustan las mujeres. ¿Y qué?”.

Y qué y cómo, se preguntan los socialistas. Por más que aleguen que se trata de un “asunto privado”, el golpe es duro. ¿Cómo explicar que el candidato virtual de un partido de izquierda y a cargo del organismo internacional especializado en planes de ajuste y venta del Estado pague 3000 dólares por una habitación de hotel. ¿Cómo entender que, antes mismo del caso que lo mantiene preso, ése pueda ser un representante de la izquierda? Izquierda caviar, como se decía en los años ’80.

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El parlamentario socialista Jean-Christophe Cambadelis habló con la prensa sobre el caso Strauss-Kahn.
Imagen: EFE
 
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