EL MUNDO › EE.UU. SOSPECHA QUE BIN LADEN
ESTA DETRAS DE LOS ATAQUES EN ARABIA SAUDITA

Un regreso a la escena con 91 muertos

El ataque de anteanoche en Riad causó 91 muertos según la versión norteamericana. Arabia Saudita admitió solamente 29 bajas fatales. Hubo heridos: 194. Siete de los muertos eran empleados militares norteamericanos.

Fue un triple atentado suicida el de anteanoche en Riad, con un claro mensaje antinorteamericano, en momentos en que Colin Powell viajaba a Arabia Saudita. La sincronía y efectividad de los ataques hacen presumir la autoría de la red terrorista de Osama bin Laden, y según un semanario árabe un miembro de esa organización lo habría reivindicado. Los ataques suicidas provocaron la muerte de 29 personas –entre ellos siete estadounidenses y nueve kamikazes– según la versión saudita y 194 heridos. Estados Unidos, de boca de su vicepresidente Dick Cheney, elevó la cifra de víctimas a 91, y ordenó a sus diplomáticos abandonar Arabia Saudita. El ataque justifica la guerra contra el terrorismo que lidera la Casa Blanca tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Así lo dejó en claro el presidente estadounidense, George W. Bush, al declarar ayer que “el asesinato sin piedad de ciudadanos estadounidenses y de otros países, nos recuerdan que la guerra contra el terrorismo continúa”. La comunidad internacional condenó los atentados. El presidente ruso Vladimir Putin fue muy oportuno al destacar que los atentados terroristas de Arabia Saudita y el perpetrado horas antes en Chechenia –que causó 54 muertos– llevan una “firma absolutamente idéntica”.
Bush no descartó que la responsabilidad de los ataques contra los complejos residenciales sauditas corresponda a la red de Bin Laden. Enfatizó que “estos actos despreciables fueron cometidos por asesinos cuya única fe es el odio y Estados Unidos encontrará a los culpables y les enseñará el significado de la justicia estadounidense”, al inicio de un discurso en Indianapolis (Indiana). La cifra de 91 víctimas mortales la divulgó su vicepresidente, Dick Cheney, durante un acto en un foro de Washington para rendir homenaje al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, por su papel en la campaña militar de Irak, y en el que habló sobre el peligro que sigue representando el terrorismo para Estados Unidos. “No sea que alguno de nosotros piense que esta lucha se ha acabado”, dijo Cheney. La cifra oficial facilitada por las autoridades sauditas fue de 29 personas muertas, entre ellas siete ciudadanos estadounidenses, aunque fuentes del Departamento de Estado en Riad sugirieron que el número era mucho mayor. El secretario de Estado norteamericano Colin Powell, que ayer se encontraba en Riad en el marco de su gira por Medio Oriente, visitó brevemente el lugar de los atentados poco después de ocurridos y afirmó que “ciertamente tiene todas las huellas de una operación de Al Qaida”. Powell agregó que “fue un acto terrorista bien planificado. Fue bien ejecutado y muestra la naturaleza del enemigo contra el que estamos trabajando”.
Un portavoz de ese Departamento, Philip Reeker, reconoció que “conseguir una cifra correcta de víctimas va a ser difícil en las primeras fases”, y señaló que oficialmente se contabilizaron siete muertos estadounidenses. Los atentados, cometidos por varios terroristas suicidas que, se cree, condujeron autos cargados con explosivos hasta los tres puntos estratégicos. Según testigos, un hijo del vicegobernador de Riad Abdullah Al Blaihed murió en uno de los complejos residenciales atacado, Al Hamra, donde también perdieron la vida unas diez personas, entre ellas un estadounidense, un libanés, dos filipinos, y dos niños jordanos. El príncipe heredero saudita Abdalá ben Abdel Aziz advirtió ayer que Arabia Saudita castigará con rigor a quienes intenten perpetrar “actos terroristas” en el país, y afirmó que los “criminales nunca podrán quebrantar la unidad de la nación saudita”.
Los atentados se produjeron después de que el pasado día 1º de mayo Washington advirtiese a su población que evitara viajar a Arabia Saudita ante el incremento del peligro de ataques contra Estados Unidos. Entrevistado vía mail por el semanario saudita Al Malajah, el vocero de Al Qaida, Abu Mohamed Al Ablaj, afirmó que el grupo “planificaba desde hace tiempo operaciones de envergadura en el golfo, donde almacenó grandes cantidades de armas y explosivos”. El principal aliado de Estados Unidos, el premier británico Tony Blair, condenó los “ataques terroristas” subrayando la necesidad de “una cooperación internacional en materia de seguridad”. Por su parte, el presidente francés Jacques Chirac manifestó su “profunda indignación y compasión” y declaró que Francia “está determinada a continuar sin descanso, con sus socios, su lucha contra el terrorismo internacional”. La Unión Europea (UE) se refirió al “compromiso indefectible” de Los Quince en la lucha contra el terrorismo. Y el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Joshka Fisher, dijo estar “conmovido y horrorizado” por los atentados, mientras que el premier italiano Silvio Berlusconi llamó a “todos a unirse con EE.UU. para luchar contra este mal que es una trágica realidad”.

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La imagen de destrucción de los complejos residenciales que fueron blancos del triple ataque.
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