EL MUNDO › CONDENAN AL NORUEGO ASESINO

Sin pena por nadie

 Por Tony Paterson *

El asesino masivo Anders Behring Breivik (foto) dijo ayer que lamentaba “no haber matado a más” en su ataque terrorista del año pasado, después de que una corte de Oslo lo declaró cuerdo y lo sentenció por la matanza de 77 personas en el peor ataque de violencia en Noruega desde la Segunda Guerra Mundial. Un panel de cinco jueces rechazó las opiniones de un grupo de psiquiatras, que sostuvo que el fanático de extrema derecha de 33 años estaba psicótico cuando detonó una bomba en el centro de Oslo matando a ocho personas y mató a tiros a otras 69, en su mayoría adolescentes, que asistían a un campamento político de verano en julio del año pasado.

En cambio, estuvieron de acuerdo con un segundo equipo que concluyó que Breivik está cuerdo y es culpable de terrorismo y asesinato premeditado. Sentenciándolo a un máximo de 21 años en prisión, con un término mínimo de 10 años, eran unánimes en su veredicto de que estaba mentalmente bien y cargaba con la total responsabilidad por sus ataques. Breivik podría pasar el resto de su vida en la cárcel si al final de la sentencia todavía se lo considera una amenaza para la sociedad.

Según los jueces, durante el juicio, las afirmaciones de Breivik sobre su pertenencia a una organización inexistente, “los Caballeros del Templo”, fueron “pomposas” y “exageradas”, brindando una prueba concluyente sobre su cordura. Vestido con un traje oscuro, Breivik dio su habitual saludo con el puño cerrado al llegar a la corte. Cuando se le leyó el veredicto, fue incapaz de evitar una sonrisita de satisfacción: había insistido durante el juicio que declararlo insano sería para él “un destino peor que la muerte”. Además, recibió bien la descripción de él de un terrorista extremista.

Más tarde, leyendo una declaración preparada, Breivik le dijo a la atestada corte de Oslo que le pedía disculpas a los “militantes nacionalistas” por no matar más gente durante los ataques. Añadió que no apelaría la sentencia “porque eso legitimizaría la corte”. Breivik había sostenido que sus ataques fueron “crueles pero necesarios” para evitar que Noruega fuera “inundada por musulmanes”. Dijo también que planea escribir y publicar un libro mientras esté en prisión, y hasta se dice que tiene seguidores en Internet. Existen temores en Noruega de que se convierta en una figura mártir para los fanáticos de extrema derecha en el mundo.

Ayer fue el último día de un juicio traumático que comenzó en abril. La sentencia fue dada a una audiencia conformada por los parientes de las víctimas de Breivik y los sobrevivientes de sus ataques, que escuchó en silencio. Muchos tenían amputadas las extremidades. Muchos se abrazaron cuando se leyó el veredicto. Algunos lloraban abiertamente.

Breivik pasó varios años planeando sus ataques después de obsesionarse con la ideología de extrema derecha y los violentos juegos de la computadora. El 22 de julio del año pasado detonó una bomba de 950 kilos en el barrio administrativo de Oslo, matando a ocho personas e hiriendo a docenas.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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Imagen: EFE
 
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