EL MUNDO

La comedia de los espías israelíes

Nueva Zelanda suspendió ayer relaciones con Israel después de que dos presuntos espías buscaran falsificar un pasaporte.

Por Kathy Marks y
Donald Macintyre *
Desde Sydney y Jerusalén

Nueva Zelanda suspendió ayer sus relaciones diplomáticas de alto nivel con Israel, después de que dos sospechados agentes del Mossad fueron encarcelados por seis meses por cometer fraude con los pasaportes. Uriel Zosche Kelman y Eli Cara fueron sentenciados por el Alto Tribunal de Auckland por tratar de obtener un pasaporte a nombre de un hombre reducido a una silla de ruedas con parálisis cerebral. Minutos más tarde, la primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark, lanzó un agudo ataque a Israel, diciendo que sus acciones habían “dañado seriamente” las relaciones entre los dos países. Una furiosa Clark dijo que su gobierno consideraba “el acto llevado a cabo por los agentes de inteligencia israelí, no sólo totalmente inaceptables, sino también como una violación a la soberanía neocelandesa y a la ley internacional”. El asunto es la pelea diplomática más importante para Nueva Zelanda desde 1985, cuando Wellington rompió relaciones con Francia después de que sus agentes secretos hundieran el barco enseña Greenpeace en el puesto de Auckland.
Kelman, de 30 años, y Cara, de 50, fueron arrestados en marzo después que un llamado telefónico provocara las sospechas de un funcionario de pasaportes que notó que el que llamaba tenía un acento estadounidense o canadiense. Llamó al padre del lisiado, que declaró categóricamente que el solicitante no podía ser su hijo. Los hombres habían obtenido el certificado de nacimiento del hombre lisiado y lo estaban usando para obtener un pasaporte. Uno decía ser un agente de viajes de Sydney, aunque no existía evidencia de que operara un negocio en Australia. Los motivos de los hombres no eran claros, pero un pasaporte de Nueva Zelanda es considerado anodino y garantiza un acceso libre de visa a muchos países. Otros dos israelitas, que se cree están involucrados en el intento de fraude, abandonaron el país antes de ser descubiertos. Kelman y Cara negaron ser miembros de los servicios de inteligencia del Mossad, pero Clark dejó en claro que no tenía dudas sobre sus identidades. “Nueva Zelanda condena sin reservas estas acciones por parte de agencias del gobierno israelí”, dijo en Wellington. Anunció sanciones diplomáticas, incluyendo la suspensión de visitas de funcionarios de alto nivel del gobierno de Nueva Zelanda a Israel, y un veto al pedido del presidente israelí, Moshe Katsav, para visitar el país el mes que viene.
El gobierno de Wellington también canceló conversaciones planeadas entre los dos cancilleres más adelante este año y dijo que cualquier israelí que visite Nueva Zelanda por negocios del gobierno debería solicitar una visa. La aprobación del nombramiento de un nuevo embajador a Nueva Zelanda fue puesta en stand-by. Clark dijo que Israel había ignorado los pedidos de explicación y de disculpas hechos hace tres meses. Dijo: “Este tipo de conducta es internacionalmente inaceptable para cualquier país. Es una triste situación que Israel haya tomado tales acciones contra un país con quien tiene relaciones amistosas”. Los dos hombres admitieron tratar de obtener un pasaporte neocelandés ilegalmente, lo que es penado con un máximo de cinco años. También admitieron haber trabajado con bandas del crimen organizado para obtener un pasaporte falso. La sentencia relativamente blanda fue dictada después que cambiaron su declaración a culpables en la audiencia del tribunal hace dos semanas. Además de ser encarcelados, deberán donar 50.000 dólares a la Sociedad de Parálisis Cerebral de Nueva Zelanda.
Mientras que Israel ha negado consistentemente que los dos hombres estuvieran ligados al Mossad, Clark dijo que ella no dudaba de que el caso era “mucho más que la simple conducta criminal de dos individuos”. Silvan Shalom, el canciller israelí, dijo ayer que Israel trataría de restaurar las relaciones diplomáticas con Nueva Zelanda, añadiendo: “Israel tiene una larga tradición de excelentes relaciones con Nueva Zelanda, y haremos todo lo necesario, junto con el gobierno neocelandés, para restaurar las relaciones”. Aunque los dos países tienen agudas diferencias, incluyendo una sobre el conflicto israelí-palestino y la controvertida barrera de separación, Israel se enorgullece de una relación que un alto funcionario describió ayer como “honesta y abierta, con un país amigo que comparte la mayoría de nuestros valores”. Israel cerró su embajada en Nueva Zelanda hace dos días y su embajador en Australia, un cargo que actualmente está vacío, también está acreditado en Nueva Zelanda.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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Eli Cara y Uriel Kelman escuchan las sentencias.
Pasarán seis meses en prisión y pagarán 50.000 dólares.
 
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