EL MUNDO › BUSH PROMETE AYUDA EN EDUCACION, VIVIENDA Y SALUD PARA AMERICA LATINA

Un dulce antes de empezar la gira

Sin hacer mención a una cifra total, el mandatario dijo que EE.UU. agregará unos 385 millones de dólares para dar créditos inmobiliarios más baratos a familias carenciadas. Por seis años sus aportes se limitaron a la lucha antidroga y el entrenamiento militar.

George W. Bush está preparando el terreno para su visita a Latinoamérica. A sólo tres días de embarcarse en la gira que lo llevará por Brasil, Uruguay, Colombia, Guatemala y México, el presidente estadounidense lanzó un paquete de ayuda social para la región. Según adelantó en un discurso en la Casa Blanca, los objetivos principales serán la salud, la vivienda y la educación. “Mi mensaje para esos trabajadores y campesinos es que ustedes tienen a un amigo en Estados Unidos que se preocupa por su situación difícil”, aseguró Bush, tras recordar que casi un cuarto de los latinoamericanos vive con menos de dos dólares diarios. El presidente afirmó que es un escándalo la situación social de la región, a la que durante sus seis años de gobierno asistió con ayuda antidroga y cooperación y entrenamiento militar.

El anuncio presidencial no sólo estuvo orientado a mejorar la imagen del mandatario en la región, y especialmente en los países a los que visitará –en todos hay programadas manifestaciones populares en su contra–, sino que además tuvo como destinatario a los demócratas en el Capitolio. La semana pasada, el vicesecretario de Estado, Thomas Shannon, tuvo que defender la política hemisférica de la administración Bush ante las críticas de los senadores demócratas, que acusaron al gobierno de desatender los conflictos locales de la región, facilitando el ascenso de presidentes antiestadounidenses y su creciente influencia en Latinoamérica.

Ayer, Bush también se adelantó a quienes advertían que la gira regional no serviría de mucho si el presidente no mantiene un seguimiento de los problemas locales. “En los próximos meses esta administración convocará a una conferencia sobre las Américas”, anunció. La idea es invitar a sectores sociales, empresarios y grupos religiosos para discutir qué tipo de solución puede aportar Estados Unidos al resto del hemisferio. Sin embargo, parece poco probable que los países latinoamericanos lleguen a ver algún resultado.

Pero el plato fuerte fueron los millones adicionales que la Casa Blanca destinará a programas sociales en el Caribe, Centroamérica y parte de Sudamérica. Estados Unidos agregará unos 385 millones de dólares a los cien que había aportado en los últimos años para dar créditos inmobiliarios más baratos a familias carenciadas. Este proyecto se viene realizando en México, Brasil, Chile y Centroamérica, a través de su agencia para la inversión en el exterior (OPIC). El presidente también ordenó a su secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y al titular del Tesoro, Henry Paulson, que desarrollen una nueva iniciativa que permita a los bancos locales y estadounidenses conceder créditos a las pequeñas empresas. Además, anunció que aumentará el dinero destinado a la enseñanza de inglés. Se comprometió a designar una partida de 75 millones de dólares para los próximos tres años. Sin embargo, esto significará la mitad de lo que se había gastado en los últimos tres años en la región.

Otro de los proyectos estará a bordo de un barco médico de la Marina, que realizará alrededor de 1500 operaciones y atenderá a unos 85 mil pacientes. La nave hará puerto en Belice, Guatemala, Panamá, Nicaragua, El Salvador, Perú, Ecuador, Colombia, Haití, Trinidad y Tobago, Guyana y Surinam. Por otra parte, otros equipos militares ofrecerán asistencia médica a zonas aisladas en catorce países –como ya lo vienen haciendo en los cuestionados ejercicios militares en Paraguay–. El paquete de asistencia médica se completará con la instalación en Panamá de un centro de capacitación, que recibirá a profesionales de toda Centroamérica.

El asesor presidencial de Seguridad Nacional, Stephen Hadley, había aclarado antes del anuncio que el actual gobierno había duplicado la ayuda económica a Latinoamérica. Es cierto, desde que Bush asumió en 2001, Estados Unidos comenzó a aumentar sus partidas hacia la región, alcanzando los 1600 millones de dólares, que se registraron el año pasado. Sin embargo, un análisis un poco más detallado demuestra que paralelamente al aumento de las partidas hubo una redistribución de la ayuda. Los alimentos, la salud y la educación dieron paso a una preeminencia de la ayuda antidroga y los programas de capacitación e intercambio militar. Según los demócratas y muchos analistas, la identificación de la presencia estadounidense con los aspectos militares es una de la razones del actual desprestigio de la potencia en la región.

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El anuncio presidencial fue un mensaje para la región y para los demócratas.
 
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