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Avances en la gestión de Chávez por los rehenes

Reina el optimismo tras la reunión entre el presidente venezolano e Iván Márquez, el delegado de las FARC, la guerrilla que busca canjear a 45 rehenes bajo su poder.

Hugo Chávez y las FARC son optimistas. El presidente venezolano y la guerrilla colombiana aseguraron ayer que habían conseguido “importantes avances” en la reunión del miércoles, la primera desde que empezaron las negociaciones para el intercambio humanitario. Chávez, que se preparaba anoche para viajar a Chile a la Cumbre Iberoamericana, aseguró que espera poder llevar una prueba de vida de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt al presidente francés Nicolas Sarkozy, cuando lo visite en París el próximo 20 de noviembre. Las FARC, en tanto, celebraron la mediación del mandatario venezolano y le pidieron al presidente colombiano Alvaro Uribe que permita que se reúna con el jefe máximo de la guerrilla, Manuel Marulanda.

El mandatario venezolano pidió paciencia a los familiares de los rehenes de la guerrilla y a todos los colombianos que se esperanzaron esta semana al saber que, por primera vez, Marulanda habría ofrecido entregar pruebas de vida de los secuestrados. “Es que se trata de selva, de kilómetros, de cientos de kilómetros y de combates. Ahí hay combates reales. No es que en Colombia hay un cese al fuego, que ojalá haya pronto”, explicó Chávez al adelantar que podrían pasar varios días hasta que se tuvieran noticias. Sin embargo, intentó poner un plazo. “Ojalá sea antes del viaje a París”, afirmó, en referencia a la visita que le hará a su par francés, otro protagonista extranjero del conflicto colombiano.

Chávez también abogó por una reunión con el jefe de la guerrilla, un encuentro que el mes pasado tuvo que ser cancelado ante la negativa de Uribe. “El comandante Márquez me ha ratificado la invitación de Marulanda para ir a Colombia”, señaló el mandatario. “La tarea es abrir una puerta muy grande y muy pesada, pero tengo fe en que la vamos a abrir. Marulanda tiene en su agenda una reunión con Chávez; yo tengo en la mía una reunión con Marulanda. Faltaría dónde, cuándo y cómo, pero éste es un avance”, agregó el mandatario, cuidándose de no mencionar las reservas del gobierno colombiano sobre este tema.

Las FARC también pidieron por una cumbre Chávez-Marulanda, pero ellos sí denunciaron los obstáculos puestos por Bogotá. “No entiendo cómo el gobierno de Uribe pretende colocar inamovibles en el único camino que tenemos para lograr un acuerdo”, señaló Iván Márquez, uno de los delegados de la cúpula de las FARC que se reunió con Chávez en Caracas.

La guerrilla no sólo cuestionó la negativa de Uribe a que Chávez viaje a la selva colombiana o que la cúpula de las FARC vaya a Caracas, sino que además volvió a destacar el problema de fondo: la desmilitarización de una región de Colombia para realizar el intercambio humanitario. “Las FARC no tienen confianza en el gobierno de Uribe o en ninguno de sus funcionarios. Por esa razón es ineludible la desmilitarización. Sabemos que eso no es fácil, pero hay que conseguirlo cuanto antes”, sostuvo el número dos de la guerrilla, Raúl Reyes. El jefe insurgente difundió un video ayer en la Cumbre de los Pueblos que se realiza en la Universidad de Chile, como contracara de la Cumbre Iberoamericana que comenzaba anoche en Santiago.

Chávez no quiso adelantar si se reunirá o no con Uribe hoy en la capital chilena. El momento no es el mejor entre los dos mandatarios. Esta semana, el gobierno en Bogotá dejó saber a la prensa colombiana que estaba molesto con Caracas. Tanto Uribe como sus funcionarios se enteraron de que varios delegados de las FARC se encontraban en la capital venezolana, recién cuando Chávez lo anunció públicamente en un acto a principio de semana. El propio canciller Fernando Araújo, un ex rehén de las FARC, reconoció el martes que nunca fueron informados de ningún encuentro. El distanciamiento de los dos mandatarios llevó a que el alto comisionado para la Paz Luis Carlos Restrepo tuviera que salir a desmentir los rumores de una pelea. “Hablar de una molestia no es lo adecuado”, se limitó a decir el funcionario colombiano.

Pero mientras Colombia se quejaba del hermetismo de Caracas, la mediación de Chávez recibía un apoyo muy importante. El esposo de Betancourt, Juan Carlos Lecompte, aseguró que es la única forma de conseguir la liberación de su mujer y de los otros 44 rehenes. “Aquí sobraron las palabras de muchos presidentes, pero faltó la acción. Por fin hay menos palabras, más hermetismo, y por fin se está destrabando el nudo gordiano”, aseguró.

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Márquez y Chávez se saludan tras su reunión en Caracas.
 
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