EL MUNDO › EL ARZOBISPO PIETRO PAROLIN, NUEVO NúMERO DOS DEL VATICANO

Juventud y habilidad para la diplomacia

 Por Elena Llorente

Desde Roma

El papa Francisco no dejó ni siquiera que terminara completamemte el calurosísimo mes de agosto –período de casi riguroso descanso en Italia y en el Vaticano– y ayer anunció la sustitución del cardenal Tarcisio Bertone como secretario de Estado vaticano, es decir virtual primer ministro de la Santa Sede. Se trata de uno de los cambios más importantes desde que el papa Bergoglio fue elegido en marzo pasado, porque el secretario de Estado es quien tiene bajo control, prácticamente, lo que ocurre en el Vaticano y fuera de él, con bastante independencia, al menos hasta ahora.

No es que la medida no era previsible, dado que cada nuevo papa tiene el derecho de cambiar todas las autoridades vaticanas si quiere. Pero de hecho llaman la atención las características de la persona elegida. El arzobispo italiano Pietro Parolin, por los roles diplomáticos desempeñados en Venezuela –donde es actualmente nuncio o embajador del Vaticano–, en México y en Nigeria, y también por haber tenido entre manos importantes asuntos referidos a la Iglesia en China, es un buen conocedor de América latina y de al menos dos de los países más poblados del mundo donde la Iglesia crece, o quisiera crecer, a ritmo acelerado.

Parolin, 58 años, se transforma así en uno de los prelados más jóvenes que ocupan el prestigioso rol de número dos del Vaticano. En un mensaje desde Venezuela donde todavía se encuentra, Parolin expresó su agradecimiento al Papa por el nombramiento expresándole su “renovada voluntad y total disponibilidad” para colaborar con él y se dijo consciente de que se trata de una misión de “gran responsabilidad” que “es trabajosa y exigente”. Parolin recordó en su mensaje además a las parroquias y los países donde vivió y trabajo, en particular a “Venezuela, un país que dejo con pena”, dijo. También recordó al papa Benedicto XVI que lo hizo obispo y se encomendó a la Virgen de Monte Berico (Vicenza), de Guadalupe (México) y de Coromoto (Venezuela), para que lo ayuden en su misión. “Y como se dice en Venezuela: ¡Que Dios lo bendiga!”, concluyó el nuncio Parolin dirigiéndose al Papa.

Nacido en Vicenza, norte de Italia, el mayor de los tres hijos de una madre maestra y un padre ferretero, Parolin fue ordenado sacerdote en 1980 y obispo cuando ya era nuncio en Venezuela, donde llegó por decisión de Benedicto XVI en 2009. Empezó su carrera internacional en 2002, en el rol del virtual “viceministro” de Relaciones Exteriores del Vaticano, trabajando en la Secretaría de Estado pero ocupándose de las relaciones con distintos países del mundo.

Según la prensa italiana, el papa Francisco habría querido en principio para este papel a un amigo suyo y latinoamericano como él, el cardenal hondureño Oscar Luis Maradiaga. Pero al parecer el purpurado hondureño habría preferido seguir como fiel asesor del pontífice dado que, en efecto, preside la comisión de ocho cardenales de todo el mundo nombrada por el papa argentino poco tiempo después de su elección, para asesorarlo en cuanto a los cambios por hacer en el Vaticano y en la Iglesia en general.

Bertone, 78 años, conservará sin embargo su rol como camarlengo –el cardenal que se ocupa, entre otras cosas, de los asuntos administrativos del Vaticano cuando muere un papa– y como presidente de la comisión de vigilancia del IOR, el banco vaticano, con la obligación de concluir las ya iniciadas tareas de transparencia del banco vaticano para que finalmente pueda ser inscripto en las listas del Moneyval, es decir el organismo del Consejo de Europa encargado de controlar la transparencia financiera de las instituciones de la Unión Europea. Tal vez la sustitución de Bertone se terminó de madurar luego del arresto, en junio pasado, acusado de lavado de dinero entre otras cosas, del prelado Nunzio Scarano, contador del APSA, la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, ente económico de la Santa Sede. Esto provocó la renuncia pocos días después de dos altos dirigentes del IOR, considerados tradicionalmente como “bertonianos”.

El nombramiento de Parolin sería efectivo recién a partir de mediados de octubre, según las normas vaticanas que se aplican a los funcionarios que están desempeñando otros roles en el exterior.

El Papa cambió el secretario de Estado, pero confirmó en la Secretaría de Estado, sin embargo, a otros de sus componentes, entre ellos a monseñor Georg Gaenswein, quien fuera el secretario privado de Benedicto XVI durante años.

Pero los cambios en la cúpula vaticana no se detienen. El viernes pasado el papa Francisco había sustituido al secretario general del Gobierno de la Ciudad del Vaticano, Giuseppe Sciacca, por el español Fernando Vergez, curiosamente un miembro de la vapuleada organización católica Los Legionarios de Cristo, cuyo fundador y director mexicano, Marcial Maciel, ya fallecido, dejó a la organización muy mal posicionada luego de haber sido acusado reiteradamente de abusos sexuales contra seminaristas y de tener hijos con distintas mujeres.

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