EL MUNDO › LAS TENSAS RELACIONES ENTRE FIDEL Y EE.UU.

Vecinos con muy poca onda

 Por Rupert Cornwell *
Desde Washington

Indirectamente iniciaron la peor confrontación nuclear de la Guerra Fría. Provocaron un juego de tira y afloja sobre el destino de un niño, que puede haber ayudado a inclinar la elección presidencial de 2000 hacia George W. Bush. De una u otra forma, las tensas relaciones entre Estados Unidos y la Cuba de Castro moldearon el curso de la historia reciente.

En los 47 años de gobierno que lo han hecho el más perdurable jefe de Estado del mundo, Fidel Castro se ha topado con 10 presidentes estadounidenses, y ha visto partir a nueve de ellos. Sobrevivió a una invasión, un bloqueo naval y décadas de aislamiento diplomático y sanciones económicas –para no mencionar, según el recuento de La Habana, por lo menos cientos de intentos, apoyados por Estados Unidos, de asesinarlo–. Dwight Eisenhower estaba en la Casa Blanca cuando Castro tomó el poder en 1959. Eisenhower reconoció el nuevo gobierno de la isla. Pero los lazos pronto se enfriaron cuando Cuba nacionalizó bienes de Estados Unidos y estableció relaciones con Moscú en 1960. Justo antes de dejar sus funciones, Eisenhower rompió relaciones con Cuba.

Su sucesor John Kennedy rápidamente llevó las cosas más lejos, dando el visto bueno a la invasión en Bahía de los Cochinos en abril de 1961. La invasión de los exiliados cubanos fue un fiasco, y al año Moscú estaba instalando armas nucleares en Cuba. El resultado fue la crisis cubana de misiles de 1962. Kennedy eventualmente le quitó importancia a la amenaza soviética, pero mantuvo un embargo económico y una prohibición para viajar de y a la isla. Su sucesor, Lyndon Johnson, alivió algunas de las restricciones permitiendo que hasta 4000 cubanos emigraran mensualmente a los Estados Unidos, en un tratado de ocho años que duró hasta 1973, cuando Richard Nixon fue presidente.

La próxima breve relajación vino con Jimmy Carter, que reinstaló lazos diplomáticos limitados con la isla. Pero el ánimo cambió cuando en 1980, la embarcación Mariel con 125.000 cubanos, incluyendo a muchos criminales, arribó a Estados Unidos. Bajo Ronald Reagan volvió el congelamiento; la administración volvió a imponer la prohibición de viajar a Cuba a ciudadanos estadounidenses, que Carter había levantado. La siguiente gran crisis llegó en 1996, cuando el ejército cubano de-rribó a dos aviones pequeños que llevaban a cuatro miembros de un grupo cubano al exilio. Meses después, el presidente Bill Clinton firmó la ley Helms-Burton, endureciendo el embargo, castigando a cualquiera, incluyendo a extranjeros que explotaran bienes confiscados por el régimen. Cuatro años después surgió el affaire de Elián González, el niño de 5 años recogido en la costa de Florida, el único sobreviviente de un grupo de 13 inmigrantes.

Después de una batalla legal, la administración Clinton lo envió de regreso a Cuba con su padre, a pesar de la furiosa oposición de la comunidad exiliada en Florida.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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