EL PAíS › SE PROFUNDIZA LA DISPUTA ENTRE COBOS Y ALFONSIN POR LA CANDIDATURA PARA EL 2011

La interna radical sube de tono

El hijo del ex presidente tiene el apoyo de la estructura radical y a fin de mes lanzará una línea partidaria para avanzar con su postulación. El vicepresidente piensa formalizar su candidatura recién el año que viene y quiere enfrentarlo en las primarias abiertas.

 Por Santiago Rodríguez

A Julio Cobos la vida política no le sonríe hoy como él imaginó en aquellos dulces días que siguieron a su voto no positivo en el Senado con el que definió a favor del campo el debate sobre la resolución 125. Vituperado por sus propios correligionarios que esta misma semana lo recibieron en un acto al grito de “traidor”, el vicepresidente no consigue consolidar su candidatura y su futuro entró en un cono de sombras desde que las luces se posaron sobre Ricardo Alfonsín, su flamante adversario en la interna radical. En la otra punta del subibaja el hijo del ex presidente disfruta por el momento del impulso que le dio su triunfo en la interna de la UCR bonaerense y seduce con eso a los radicales, que de no tener candidato pasaron en poco más de un año a tener dos y ahora se ven obligados a definirse por uno de ellos.

Las cartas en el radicalismo están echadas. Cobos se lanzó hace tiempo, aunque haya tratado de disimularlo por su condición de vicepresidente de un gobierno al que decidió enfrentar desde la vereda opositora. Alfonsín se puso en carrera tras derrotar en la interna partidaria en la provincia de Buenos Aires a los socios del mendocino –a su vez históricos patrones de la UCR en ese distrito– y ya no oculta sus aspiraciones. “Si un grupo mayoritario considera que yo tengo que ser candidato a presidente del Acuerdo Cívico aceptaría la responsabilidad con mucho gusto”, admitió en un reportaje con Página/12 publicado el domingo pasado.

El hijo del ex presidente pondrá proa hacia el 2011 el 28 de agosto. Ese día lanzará formalmente en Córdoba el Movimiento de Renovación Nacional, la línea interna del radicalismo que respaldará su precandidatura a la presidencia y que encolumna a figuras partidarias como Ernesto Sanz, Gerardo Morales, Mario Negri, Angel Rosas y Ricardo Gil Lavedra.

La imagen de Cobos y Alfonsín en el escenario sobre el ring de la Federación de Box, donde los radicales conmemoraron el lunes pasado el 120º aniversario de la Revolución del Parque, fue todo un símbolo del combate que ambos libran por la candidatura presidencial. El acto se organizó con la idea de mostrar al radicalismo unido, pero en el ring side también se distinguían cobistas de alfonsinistas. Del bando del vicepresidente estaban, entre otros, el jefe del bloque de Diputados, Oscar Aguad, los porteños Facundo Suárez Lastra y Silvana Giúdici, y el bonaerense Leopoldo Moreau. Entre los que avalan la postulación del diputado, había varios de los que lo acompañarán en el lanzamiento en Córdoba.

En la Federación de Box Cobos comprobó en carne propia que el primer obstáculo a superar si pretende llegar a la presidencia se encuentra dentro del mismo radicalismo. El vicepresidente nunca la tuvo fácil con sus correligionarios, pero la fama que ganó la noche en que votó en contra de las retenciones móviles le abrió las puertas de un partido huérfano de candidatos y urgido de redimirse del fracaso que significó el gobierno de Fernando de la Rúa.

Sin el brillo de hace dos años y con Alfonsín en el centro de la escena radical, Cobos retrocedió los casilleros que había avanzado. “El que no salta es un traidor”, lo recibió a su llegada la hinchada radical. Después desplegó un cancionero que no le dio respiro durante todo el acto y que incluyó desde el hit “un minuto de silencioooo/ para Cobos que está muerto...” hasta el inédito “Cristina, Cobos y vos/ Cristina, Cobos y vos/ yo no me olvido de eso/ la puta madre que te parió”. El mendocino no tuvo siquiera alguien que al menos hiciera ruido para defenderlo.

“Hoy Alfonsín domina el cien por ciento del aparato político del radicalismo. Cobos no maneja el partido ni siquiera en Mendoza, donde las riendas las tiene el intendente Víctor Fayad, y sólo lo siguen algunos intendentes que vienen de la coalición que formó con el kirchnerismo y que tuvieron dificultades para incorporarse al Comité Nacional”, analizó Enrique Zuleta Puceiro, un consultor que conoce como pocos los vericuetos del radicalismo.

La idea del radicalismo como trampolín para saltar a la presidencia perdió el peso que hace un año tenía en el imaginario de Cobos. “Es cierto que necesitamos tener un partido detrás, pero tampoco sobreestimamos su incidencia. El radicalismo no ha hecho de por sí grandes campañas; ganaron sus candidatos: en el ‘83 Alfonsín y en el ’99 De la Rúa. Con Moreau no llegó ni al tres por ciento”, apuntó un cobista.

El mismo Zuleta advierte, de todos modos, que además del control del partido Alfonsín tiene un altísimo nivel de conocimiento y es el político con mejor imagen, pero que eso no tiene por ahora una traducción directa en intención de voto.

Entre los radicales que le ponen sus fichas para el 2011 a Alfonsín, dicen que “tiene mucho para crecer no sólo cuantitativamente, sino cualitativamente. Debe consolidar el fenómeno que se genera a través de su apellido, forjar una imagen propia y mostrarse previsible para que la gente confíe en él”.

“No llegó todavía a su techo”, reflexionó ante este diario uno de esos dirigentes y dijo que también Cobos tiene posibilidades de crecer. “El desafío en su caso –señaló– es recuperar lo que perdió; esa parte que en realidad era la espuma que al aparecer aquella noche con su voto no positivo generó este muchacho en un país que necesitaba un referente para ponerle límite a los Kirchner.”

Aun sus adversarios admiten que “en el interior Cobos está muy bien; en la pampa húmeda su voto no positivo es muy fuerte todavía. Alfonsín es más fuerte en Capital y la provincia de Buenos Aires porque justamente donde más se ha estancado Cobos es en los centros urbanos más informados y politizados”.

Los cobistas reconocen esa debilidad. “Ha bajado en la Capital y la zona metropolitana, donde hay fuerte presencia del macrismo, y también en grandes ciudades como Mar del Plata y Bahía Blanca”, explican. Como contrapartida, destacan que “su fortaleza pasa por su predominio entre los independientes y la sociedad en su conjunto” y confían en que “va a potenciarse mucho más a partir de que decida ser candidato el año que viene”. “Mientras los demás están haciendo mucho ruido, Julio ha hecho poco porque piensa que ésta es una carrera a largo plazo; dice que la gente empieza a mirar a los candidatos cuando tiene que votar y que eso será recién dentro de un año”, añaden.

Eso, sin embargo, no justifica para los analistas de opinión la caída de Cobos. Analía del Franco advierte que el vicepresidente “no armó un perfil a partir del desencadenante que lo llevó a tener una alta evaluación, que fue su voto no positivo” y concluye: “Ahora no está tan bien como antes y aparece Alfonsín, lo que licua las condiciones ideales que hace un año tenía para el radicalismo”. “Cobos no resolvió con eficiencia la contradicción de ser vicepresidente y a su vez jefe de la oposición. Se prendieron las luces sobre él, se vio su ambigüedad y eso fue fuertemente castigado”, evalúa Zuleta.

En el cobismo están convencidos de que no hay otra manera de dirimir la pulseada entre Cobos y Alfonsín que no sea por vía del voto en las internas abiertas. En las filas del hijo del ex presidente no descartan, en cambio, otra alternativa: “Todos tenemos identificado al adversario, que es Kirchner, y no debemos gastar energías en otra cosa. Llegado el momento, en febrero o marzo del año que viene, tendremos que ver quién está mejor para ser candidato del partido y con eso definido sentarnos a resolver la cuestión con nuestros aliados.”

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Julio Cobos y Ricardo Alfonsín, los protagonistas de la interna radical con miras al 2011.
Imagen: Pablo Piovano
 
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