EL PAíS › MARCHA EN REPUDIO AL HOMICIDIO DEL MILITANTE DEL PARTIDO OBRERO ASESINADO POR UNA PATOTA DE LA UNION FERROVIARIA EN AVELLANEDA

“Por juicio y castigo a los asesinos de Mariano”

Encabezadas por partidos de izquierda, organismos de derechos humanos y organizaciones sociales junto a la CTA, miles de personas se concentraron en Plaza de Mayo. La dirigencia del PO reclamó una entrevista con la Presidenta.

 Por Miguel Jorquera

Poco antes de las seis de la tarde, la cabecera de la columna, formada por dirigentes de los partidos de izquierda, centroizquierda, organismos de derechos humanos y movimientos sociales, arrancaba en Corrientes y Callao la marcha para reclamar el “juicio y castigo a los asesinos de Mariano Ferreyra”. Pero casi un centenar de obreros tercerizados del ex Ferrocarril Roca con sus uniformes y cascos de trabajo se pusieron al frente de la movilización desplegando su propio cartel: “No más despidos. Todos a planta permanente”. El mismo cartel y la misma consigna con la que el miércoles intentaron cortar las vías del Roca en Avellaneda, donde una patota de la Unión Ferroviaria los corrió y los “emboscó” a tiros en Barracas, matando a Mariano e hiriendo gravemente a Elsa Rodríguez. Atrás se izaban decenas de pancartas con la fotografía del pope sindical de los ferroviarios, José Pedraza –a quien señalan como el “autor intelectual” del asesinato–, con traje a rayas y tras las rejas. Más atrás, donde se desplegaban las columnas de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), miles de personas coreaban la vieja consigna de ponerle fin a la burocracia sindical.

“Reclamamos el esclarecimiento inmediato de este nuevo crimen que le costó la vida a Mariano Ferreyra, militante del Partido Obrero. Como otros heridos de bala, algunos en estado gravísimo, fueron atacados a mansalva por una patota armada perteneciente a la cúpula de la Unión Ferroviaria dirigida por José Pedraza, que actuó impunemente en una zona liberada por la Policía Federal, lo cual plantea la responsabilidad del gobierno nacional.”Así reza la declaración conjunta que se leyó en Plaza de Mayo y que lleva la rúbrica de más de 200 partidos de izquierda, organismos de derechos humanos, movimientos sociales, centros de estudiantes, gremios y comisiones obreras.

El silencio atravesó a la multitud cuando desde el escenario alguien repasó la “intensa” militancia de Mariano Ferreyra y su “compromiso con la lucha y la vida”. El joven asesinado se sumó a la militancia cuando lo “sacudió” la crisis de 2001, participó en la formación del centro de estudiantes del colegio secundario Simón Bolívar de Sarandí, igual que en la sede del CBC de la UBA en Avellaneda, donde “fraternalmente lo llamaban ‘el jefe”’. “No puedo creer que con sólo 23 años te despidamos con ‘un hasta la victoria siempre’”, soltó entre sollozos la locutora. El único orador del acto en la plaza fue Jorge Altamira. El histórico dirigente del PO reiteró lo que había dicho a lo largo de casi toda la marcha: “Las organizaciones que estamos aquí le hemos pedido audiencia a la Presidenta de la Nación, le hemos dicho que al final de esta movilización reclamamos una entrevista con la Presidenta para que nos diga cuál es la responsabilidad que piensa tomar para mandar a la cárcel y que se pudran ahí todos los asesinos y no hemos recibido respuesta positiva. Ya pasaron 20 horas y no hay nadie preso”. Ya habían rechazado un encuentro con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y volvieron a insistirle al secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli –que ofició de nexo–, que sólo querían una entrevista con la Presidenta.

“Hoy no queremos una Casa Rosada fluorescente. No queremos un festival para turistas. Queremos una Casa Rosada de luto porque hemos perdido un hijo nuestro, carajo”, concluyó Altamira, después de recordar los asesinatos, hace ocho años, de los jóvenes piqueteros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán y agradecer la solidaridad de todas las organizaciones que se movilizaron.

En el arranque, la cabeza de la columna ya ocupaba una cuadra de la avenida Corrientes y se extendía por otras cuatro cuadras sobre todo lo ancho de la avenida Callao. Allí se encolumnaron los partidos de izquierda como el PO, MST, PTS, PC y PCR, luego las organizaciones sociales y más atrás el Partido Socialista, Nuevo Encuentro, Proyecto Sur, Libres del Sur y hasta de la Coalición Cívica, donde diputados nacionales y algunos militantes marcharon detrás de un viejo cartel de ARI.

Extendida sobre la calle Montevideo esperaba la extensa columna de la Federación Universitaria de Buenos Aires y La Plata. Sobre Corrientes se sumaron otras organizaciones como el Frente Darío Santillán, y a un costado de la 9 de Julio esperaban los militantes de Quebracho, Resistencia Popular y el Movimiento de Trabajadores Revolucionarios Mario Santucho.

“Yo vi a una persona que cruzó en diagonal la calle y comenzó a disparar contra nosotros. No tenía ropa de trabajo, estaba vestido de civil, común. No sé quién es, todavía no pude ver las filmaciones periodísticas”, repetía Nelson Aguirre, otro de los militantes del PO herido de bala en la emboscada y que dejó ayer por la tarde el Hospital Argerich para participar de la marcha en silla de ruedas con una foto de Mariano sobre sus piernas. Otro de los trabajadores tercerizados, Diego Cardía, era mucho más contundente: “Uno de los que disparó es de la patota de Pablo Díaz, el encargado de los talleres de (Remedios de) Escalada”, sostuvo. “Qué cagazo, qué cagazo, obreros y estudiantes como en el Cordobazo”, coreó la multitud en la Plaza cuando desde el palco se anunció que “diez mil personas marcharon por las calles de Córdoba”. Movilizaciones importantes también se repetían en Neuquén, San Miguel de Tucumán, Rosario y Santa Fe.

En la desconcentración, los cánticos volvieron a apuntarle al mandamás de la Unión Ferroviaria. “A vos te queda poco, Pedraza botón. A vos te queda poco, Pedraza botón. Sos un hijo de puta, sos peor que el patrón. Asesino de obreros, para vos paredón”, cantaban centenares de manifestantes sobre Avenida de Mayo al ritmo de “Loco, tu forma de ser” de los Auténticos Decadentes. Toda una metáfora.

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Miles de personas corearon la vieja consigna de ponerle fin a la burocracia sindical. El dirigente del PO, Jorge Altamira, fue el único orador.
Imagen: Sandra Cartasso
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