EL PAíS › UN GRUPO DE INTELECTUALES Y PERIODISTAS PRESENTO UN DOCUMENTO SOBRE MALVINAS Y GENERO UNA POLEMICA

Los kelpers ya tienen quien los defienda

Entre otras cosas, plantean que Argentina abdique de su intención de “imponer la soberanía” a los malvinenses. Recibieron críticas desde el kirchnerismo, pero también de algunos partidos opositores.

 Por Werner Pertot

Vicente Palermo, Beatriz Sarlo, Juan José Sebreli y Fernando Iglesias, cuatro de los firmantes del documento.

Diecisiete periodistas, académicos y políticos dieron a conocer un documento titulado “Malvinas: una visión alternativa”, en el que llaman a “abdicar de la intención de imponerles (a los isleños) una soberanía, una ciudadanía y un gobierno que no desean”. “Es necesario poner fin hoy a la contradictoria exigencia del gobierno argentino de abrir una negociación bilateral que incluya el tema de la soberanía al mismo tiempo que se anuncia que la soberanía argentina es innegociable”, señalan en el texto que, como era de esperar, trajo polémica. “Ni el más colonialista de los ingleses se atrevería a escribir un documento como éste”, sostuvo el senador Daniel Filmus, quien consideró que buscan que se reforme la Constitución. También lo cuestionaron la Coalición Cívica y el socialismo.

Los 17 iban a presentar un documento en una conferencia de prensa, que suspendieron debido a la tragedia del Sarmiento. No obstante, Beatriz Sarlo bajó a la puerta de la Fundación Centro Psicoanalítico Argentino y entregó el texto a los periodistas en la vereda. “Conmigo no, Beatriz”, la gastó uno de los pocos movileros que se acercaron al lugar.

El documento consta, en total, de una carilla. Lo firman los académicos Sarlo, Juan José Sebreli, Emilio de Ipola, Santiago Kovadloff, Roberto Gargarella, Marcos Novaro, Vicente Palermo, Luis Alberto Romero, Hilda Sabato, Daniel Sabsay, José Miguel Onaindia, junto con el cineasta Rafael Filippelli, el ex director del Bafici Eduardo Antín “Quintín”, los periodistas José Eliaschev (Perfil), Gustavo Noriega (revista El Amante) y Jorge Lanata (Grupo Clarín) y el ex diputado por la Coalición Cívica y ex profesor de voley Fernando Iglesias.

Iglesias afirmó vía Twitter que “ante la tragedia que enluta al país levantamos la conferencia de prensa”. Lo hizo luego de insultar a “Jaime y Schiavi y los que los votaron y la reputamadre que los remil parió” (sic). Cuando el auditor porteño Eduardo Epszteyn le recordó que lo que plantean en el documento contradice una cláusula de la reformada Constitución Nacional, Iglesias respondió que “inconstitucional es esa cláusula”. “Iglesias habla por él. Es absolutamente irrespetuosa de todos los reclamos de soberanía que ha venido realizando la Argentina. No tiene absolutamente nada que ver con la posición del partido”, advirtió el diputado de la CC-ARI Carlos Comi.

Los 17 subieron el documento para recabar adhesiones a la página malvin-and-hobbes.tumblr.com (una alusión a la historieta Calvin and Hobbes). En las primeras horas, solo conducía a un virus informático. Luego se pudo ver el texto completo, en donde reclaman una autocrítica social por el apoyo a la guerra de Malvinas, cuestionan “un clima de agitación nacionalista impulsado por ambos gobiernos”, el argentino y el inglés, y exigen “un diálogo real con británicos y –en especial– con los malvinenses”. También señala que “el intento de devolver las fronteras nacionales a una situación existente hace casi dos siglos (...) abre una caja de Pandora que no conduce a la paz” y que “la Argentina ha sido fundada sobre el principio de autodeterminación de los pueblos”.

Uno de sus firmantes, Emilio de Ipola, también suscribió un documento de argentinos exiliados en México el 10 de mayo de 1982, donde se sostenía que no existía tal principio para los habitantes de las islas. “La ocupación inglesa se mantuvo. Ella se tradujo en el desarrollo de una exigua población, cuyo derecho a la autodeterminación es esgrimido como argumento en contra del reclamo argentino. Pero es sabido que la usurpación no puede ser fuente de derecho”, escribieron durante la guerra. “Es lógica la respuesta argentina en el sentido de que, para un territorio cuya población original fue desalojada por la fuerza, no puede invocarse la doctrina de la autodeterminación”, detallaron en aquel texto suscripto por De Ipola, que luego le valió una polémica con el filósofo León Rozitchner.

En una reciente entrevista en la revista Debate, De Ipola se refirió a esto como “una cagada”. Y advirtió: “No me gusta el tema de los ‘apoyos’ internacionales, esta postura de dejar a los kelpers sin ropa o con poca comida. Los tipos ya nos odiaban y ahora nos odian aún más”. Resultó curioso el uso del término “kelpers”, dado que es rechazado por los habitantes de la isla por peyorativo (se refiere a un tipo de algas).

El documento continuó levantando la previsible polémica. El diputado socialista Roy Cortina consideró que “carece de sustento jurídico y atenta contra el reclamo histórico de soberanía realizado por nuestro país”. El senador Aníbal Fernández remarcó que el grupo de los 17 funciona como “brazo de palanca para que la oposición multimediática local e internacional haga presión con sus dichos y opiniones y exhiba como un triunfo las aparentes contradicciones argentinas sobre el tema”.

“Esta posición es peor que los argumentos ingleses –se mostró sorprendido el senador Daniel Filmus–. No hay ninguna crítica a la posición inglesa. Todas las críticas son a la Argentina. Trata de ignorante al pueblo argentino que dice que las Malvinas son propias y propone una asamblea constituyente para decir que las Malvinas no son argentinas. Creí que estaban en desacuerdo con la reforma constitucional”, ironizó el senador. “Aseguran que el paso del tiempo legitima la dominación. Si cualquiera de ellos hubiera vivido en 1810 no hubiera declarado la independencia, porque acá dice que 200 años son suficientes. Tampoco habría independencia de países africanos”, señaló. “Desconocen la declaración de la ONU que se votó 1965 por 94 países y 15 abstenciones –afirmó Filmus–. El derecho de autodeterminación es sobre los pueblos originarios, no los trasplantados. La ONU encuadra este caso en el de la división de las naciones. Implicó sacarle una parte a la Argentina.”

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