EL PAíS › NUEVOS TESTIMONIOS EN EL JUICIO POR LOS DELITOS COMETIDOS EN LA PERLA

La trama que une a los represores y policías

Las relaciones de represores condenados con funcionarios y policías de Córdoba volvió a ser noticia en el juicio por delitos de lesa humanidad de esa provincia. El ex policía Luis Urquiza, quien fue secuestrado, torturado y baleado por sus compañeros durante el terrorismo de Estado, declaró en el juicio oral que el actual ministro de Seguridad, Alejo Paredes, tiene “una amplia y estrecha relación” con Carlos Yanicelli, quien fue condenado a cadena perpetua y afronta su segundo juicio. Urquiza destacó además las denuncias de amenazas del jefe de policía Ramón Frías contra el comisario Julio César Giménez, mientras investigaba la muerte de su padre en manos del Departamento de Informaciones (D2) de esa fuerza. Ayer una testigo relató su cautiverio en La Perla mientras buscaba a su hija secuestrada y afirmó haber tomado conocimiento de que “los militares quemaban cuerpos con cal viva”. El megajuicio, que abarca los casos de 417 víctimas, continuará hoy con más declaraciones testimoniales.

Urquiza ingresó a la policía en 1974 y fue constantemente hostilizado porque estudiaba al mismo tiempo en la universidad, relató. En 1976 lo destinaron al D2, donde alcanzó a hacer una veintena de guardias, hasta que un día de franco lo secuestraron, acusado de pertenecer al ERP. En el centro de detención fue torturado por tres de los imputados (Miguel Angel Gómez, Fernando Rocha y Graciela Antón) con métodos de asfixia y golpes que le produjeron la fractura de una costilla. Una noche pidió ir al baño y le respondieron con tres balazos, incluido uno en la rodilla. Tras su paso por el centro clandestino La Ribera y por la cárcel local, en julio de 1979 logró exiliarse en Dinamarca.

Urquiza volvió al país en 1993 y se encontró con sus torturadores en el gobierno de Ramón Mestre. Yanicelli era jefe de Inteligencia Criminal. Denunció a los ex D2 y comenzó a recibir amenazas. Tras una entrevista del embajador de Dinamarca con Mestre, Urquiza fue recibido por el actual diputado Oscar Aguad, entonces ministro de Asuntos Institucionales. “Aguad argumentó que no conocían el pasado de Yanicelli. Me pareció tan absurdo que un ministro, que tiene la responsabilidad de velar por la seguridad de los ciudadanos, ni siquiera se había molestado en leer el Nunca Más ni el procesamiento que había tenido Yanicelli en 1987”, confesó. Allí comenzó su segundo exilio. Urquiza recordó que el actual ministro Paredes “fue secretario de Yanicelli en 1997, cuando hice las denuncias”. “La gente que está en la cúpula policial es la misma que ha recibido instrucciones represivas durante la dictadura en la Escuela de Policía, donde no se han hecho cambios sustanciales. Está muy lejos de ser una policía de la democracia”, concluyó.

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