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Todos son optimistas pero todavía nadie augura un final feliz para la pelea entre Felipe Solá y Eduardo Duhalde, que provocó un duro enfrentamiento entre el Ejecutivo y el Parlamento por el presupuesto provincial para este año y tiene convulsionado a todo el PJ bonaerense. Antes de reunirse con el gobernador, el mediador y presidente del justicialismo de la provincia de Buenos Aires, José María Díaz Bancalari, estuvo con los legisladores duhaldistas de ambas cámaras donde encontró posturas más y menos duras frente a la negociación. Solá volvió a mostrar su carta más poderosa invocando a Néstor Kirchner: “El Presidente pidió que la Ley de presupuesto sea aprobada por la Legislatura, tal como lo reclamé”.
Díaz Bancalari dijo que se consideraba “moderamente optimista” en la escueta conferencia de prensa que ofreció en la casa de gobierno platense tras su encuentro con el gobernador, aunque se negó a brindar detalles de la conversación con Solá sobre como salir del atolladero presupuestario de la provincia en su disputa con el duhaldismo. A su lado, el ministro de Gobierno bonaerense, Florencio Randazzo, asintió casi con los mismos términos: “somos optimistas, pero prudentes”. Aunque el mesurado optimismo tiene muchos más matices dentro de la negociación.
Antes de entrevistarse con Solá, Díaz Bancalari comenzó su periplo por la ciudad de La Plata con una escala en el Parlamento provincial para reunirse con los duhaldistas de ambas cámaras. Primero los hizo con la vicegobernadora y presidente del senado Graciela Giannettasio y la “mesa chica” de los senadores pejotistas. Allí, el mediador recepcionó los reclamos de la vicegobernadora, la única integrante del Ejecutivo que no acompañó a Solá cuando anunció el veto al presupuesto, pero encontró “una buena predisposición al diálogo”.
La reunión en diputados no fue por los mismos carriles. El presidente del Cuerpo, Osvaldo Mércuri, y el jefe del bloque justicialista Juan Garivoto fueron más efusivos en sus planteos contra Solá. Es que ambos se convirtieron en el blanco preferido de los diputados felipistas, quienes los acusaron de armar “una caja negra” para la interna partidaria con el aumento de 33 millones de pesos en el presupuesto de la Cámara.
Fuentes del propio duhaldismo también expresaron a Página/12 su optimismo “porque se abrió un canal de diálogo”, aunque admitieron que se encargaron de remarcarle a Díaz Bancalari una advertencia para que llegue a oídos del gobernador: “nosotros tenemos los dos tercios para rechazarle el veto a Solá”. Entre sus planteos, los diputados duhaldistas manifestaron su defensa de la comisión bicameral para la obra pública “porque queremos saber cómo y dónde se van a hacer las obras” y que limitaron sus “superpoderes”, porque “Solá pretendía manejar sin control unos 3000 millones de pesos”.
A la salida del edificio legislativo, el mediador le incorporó otras palabras a la “voluntad de diálogo” de los legisladores que responden al ex presidente: “la solución es posible pero no es fácil. Estamos conciliando”, además de reconocer la “reformulación de las correcciones que hay que hacer” en el presupuesto. En una breve charla con Página/12, Díaz Bancalari negó que hubiera “diferencias sustanciales” entre diputados y senadores duhaldistas y que la “pesada mochila” de su mediación avanza: “Ya todos conocen las diferentes posturas, comenzarán a analizarlas en cada uno de sus ámbitos y aunque no hay plazos, la semana que viene, quizás antes, volvamos a reunirnos para acercar posiciones”.
En la gobernación calificaron la charla con el presidente del PJ provincial como “muy buena” en medio de una “negociación compleja” donde “hay posturas más y menos duras” del otro lado de la vereda. Pero rápidamente reafirmaron su pretensiones: “La Legislatura debe aprobar el veto de Solá” para continuar la negociación que “debe terminar restituyendo las facultades al gobernador, que se han mantenido en los últimos 20 años”. Sin embargo, los felipistas reconocieron a este diarioque podrían introducir algunas modificaciones pero lo que “no se negocia” son los artículos del presupuesto que van del 16 al 19, que repone las facultades de reasignar partidas, y la anulación del 48, que impone la conformación de la comisión bicameral para obras públicas, que molesta sobremanera al Ejecutivo. “El Parlamento está para controlar no para gobernar”, había dicho Randazzo ante los periodistas en La Plata.
Cada vez que pudo, Solá volvió a reiterar lo que desde ayer es su latiguillo preferido: “el Presidente pidió que la Ley de presupuesto sea aprobada por la Legislatura, tal como lo reclamé”. Sabe que contradecir la palabra de Kirchner es lo que más incomoda y descoloca a los duhaldistas.