EL PAíS › EL GOBIERNO CONTESTO AL DOCUMENTO DE LOS OBISPOS

Poco feliz y poco realista

Alberto Fernández se encargó de rebatir a la Iglesia y puso el énfasis en que la pobreza está bajando. Sobre el párrafo de los setenta, dijo que parecía la teoría de los dos demonios.

Aunque no se pronunció oficialmente sobre el documento emitido por los obispos católicos, el Gobierno lo hizo a través del jefe de ministros, a su estilo. En un alto durante el “retiro” de El Calafate, Alberto Fernández cuestionó la definición de la Iglesia sobre el crecimiento de la desigualdad porque, dijo, “no se corresponde con la realidad”. Del mismo modo, al ministro le pareció “poco feliz” la interpretación histórica del Episcopado sobre la última dictadura militar. Frente a quienes interpretaron el párrafo de los obispos como una de las posiciones más mesuradas de la Iglesia de los últimos años, Fernández la consideró como la “recreación de la teoría de los dos demonios”.
El documento de veinte páginas redactado por los obispos católicos reunidos en Pilar al término de la 90ª Asamblea de la Conferencia Episcopal denunció la situación de la pobreza, exigió políticas de Estado para generar “trabajo digno y estable”, reclamó políticas regionales y por primera vez incorporó términos como “reforma agraria” o planteó la necesidad de estrategias demográficas para revertir el éxodo de población del interior del país al Gran Buenos Aires o a la Capital. En ese contexto, los obispos incorporaron las definiciones más críticas sobre la pobreza y la desigualdad: “Hay una forma de insolidaridad preocupante”, que “es el crecimiento escandaloso de la desigualdad en la distribución del ingreso”.
Durante el día de ayer, sólo se escuchó la voz de Alberto Fernández que salió a responder el documento. “Sé que hay preocupación por el crecimiento de la desigualdad”, dijo consultado por una emisora porteña. “Pero –agregó– no se corresponde con la realidad”. Todos los datos que maneja el Gobierno, continuó, “demuestran cómo ha bajado la pobreza y la indigencia en los dos últimos años en los que nosotros estamos gobernando”. El pronunciamiento de la Iglesia, agregó, ha “desatendido muchos datos que dan cuenta las estadísticas actuales” y, por ese motivo, “hay una serie de expresiones que se me hace difícil compartir”.
Una de esas expresiones da cuenta de las claves de interpretación que exige la Iglesia sobre la última dictadura militar. “A veintidós años de la restauración de la democracia –dice el documento– conviene que los mayores nos preguntemos si trasmitimos a los jóvenes toda la verdad sobre la acaecido en la década del ’70. O si estamos ofreciéndoles una visión sesgada de los hechos que podría fomentar nuevos enconos entre los argentinos”, dice el documento. Sería así, continuaron los obispos, “si despreciásemos la gravedad del terror del Estado, los métodos empleados y los consecuentes crímenes de lesa humanidad (...) pero podría suceder también lo contrario –continuaron– que se callasen los crímenes de la guerrilla o no se los abominase debidamente”.
El párrafo provocó distintas reacciones. Alberto Fernández consideró que se trata de una “recreación” “poco feliz” de la teoría de los dos demonios. “Porque no hay nadie en la Argentina –dijo– que haga una exaltación de la guerrilla como dice el documento. No conozco a nadie en la Argentina que diga semejante cosa.” Parece importante recordar, agregó, “lo que el terrorismo de Estado hizo en la Argentina y que se llevó la vida de tantos inocentes”. En esa misma línea, se pronunció el senador nacional por el PJ Miguel Angel Pichetto. Con menos diplomacia definió el mensaje de los obispos como “un documento golpista que parece escrito en la década del ’70, cuando algunos sectores golpeaban los cuarteles militares”.
Tras las declaraciones, la Iglesia también salió a subrayar o a corregir interpretaciones del documento de la polémica. El vocero de la Conferencia Episcopal, monseñor Jorge Oesterheld volvió a recordar lo que el Episcopado había dicho antes de difundirlo. La “reflexión de la Iglesia” no está dirigida al Gobierno sino “a la sociedad en su conjunto”. Y si bien, agregó, “siempre que se dirige a la sociedad, el Gobierno tiene más responsabilidad que otros, no es una opinión política y coyuntural, sino una visión global”. Desde la Catedral de Buenos Aires, también hablómonseñor Jorge Lozano para quien el documento no fue “duro” contra el Gobierno, sino “realista” ante la situación social.
En medio de la polémica, la Iglesia y el Gobierno negaron ayer que haya “algo definido” sobre un eventual próximo encuentro entre el presidente Néstor Kirchner y la nueva conducción del Episcopado encabezada por el cardenal Jorge Bergoglio.

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Los obispos advirtieron que hay que “transmitir toda la verdad” sobre los años setenta.
 
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