EL PAíS › REUTEMANN DIJO QUE NO ES CANDIDATO “A NADA NI DE NADIE”

Cuando Lole se hace el tonto

Se despegó de la dupla de derechas López Murphy-Bullrich y respondió, sin nombrarlo, a Rodríguez Saá. No obstante, en sus planes está competir por la presidencia desde el peronismo.

 Por Diego Schurman

Las encuestas lo muestran en la cúspide. Aparece ahí, cabeza a cabeza con Elisa Carrió en la carrera hacia la Casa Rosada. Y su provincia, su carta de presentación, aún está lejos de alcanzar el grado de conflictividad que revisten muchísimas otras del país. Sin embargo, Carlos Reutemann está contrariado, sumamente molesto con el Gobierno y también con sus compañeros de partido. Tanto, que sorpresivamente salió ayer a negar sus aspiraciones presidenciales. “No soy candidato a nada ni de nadie”, dijo el gobernador de Santa Fe.
En verdad, Reutemann sueña con ser el sucesor de Eduardo Duhalde. Y participa activamente del ajedrez de la interna justicialista. En cada acto, cada gesto y cada movimiento mide la manera en que eso repercutirá en su imagen. De hecho, sabe que hablar de candidaturas en medio de la crisis genera molestia. Pero su decisión de dar pelea quedó expuesta hace muy pocos días cuando le preguntaron por Carlos Menem. No fue casual: innumerables veces el Lole confió que nunca disputaría por el mismo objetivo con el ex presidente. No obstante, ese día dijo que sí, que le pelearía en una eventual interna. Quien no aspira a nada, como afirmó ayer, no compite en internas.
Aún más, en la reciente cumbre de gobernadores justicialistas, en La Pampa, el santafesino fue uno de los que imaginó un cronograma electoral con comicios generales una vez encaminadas las negociaciones con el FMI.
En la respuesta que dio Reutemann en las últimas horas habrá que leer entre líneas. El gobernador dijo: “No, no soy candidato. Yo no soy candidato a nada, del Pacto de Olivos tampoco. No he hablado con nadie, no soy candidato a nada, no soy candidato de nadie”.
Por un lado negó así su vinculación con un frente de centroderecha conformado por Ricardo López Murphy y Patricia Bullrich. Por el otro, rechazó las acusaciones de Adolfo Rodríguez Saá sobre su supuesto papel de delfín de Duhalde. El ex gobernador de San Luis estuvo haciendo
proselitismo en Rosario, con una llamativa presencia en los medios, y señaló a Reutemann como la criatura que viene moldeando la Casa Rosada. En verdad, el santafesino reniega de su relación con el Presidente –pese a que éste lo ensalza cada vez que puede– y cree que ese vínculo resta más de lo que suma.
La distancia que mantiene con Duhalde quedó en evidencia en las últimas negociaciones bilaterales Nación-provincias, que mira con atención el FMI. Reutemann se resistía a rubricar un acuerdo sin la garantía de un giro de parte de la deuda que mantienen con su provincia, que orilla los 400 millones de pesos. Y, además, buscaba una gestión para cobrar 150 millones de pesos correspondientes al segundo tramo de un crédito del Banco Mundial, que por ahora está congelado.
No logró nada. Apenas un preacuerdo en el que la Nación estudiará su deuda con Santa Fe durante otros 45 días y se compromete a trabajar para destrabar el crédito. La mala nueva se la comunicó el secretario de Finanzas provincial, Miguel Asencio, el lunes. Cuando el Lole llegó el martes a Olivos para estampar su firma buscó mejorar el texto. Pero no lo logró. “Si no querés firmar no firmes. Vos te vas a encargar de explicarle al Fondo por qué”, le dijo, palabras más, palabras menos, uno de los funcionarios de mayor confianza de Duhalde. En Gobierno sabían que, ya obtenidas las firmas de las provincias de Buenos Aires y Córdoba, Reutemann no tendría margen para resistir.
El Lole se siente entre la espada y la pared. Sin dinero fresco, teme que su provincia pierda la consideración de “administración prolija” que le prodigan hasta sus adversarios y que la crisis lo arrastre como a otros distritos. En más de una oportunidad, su ministro de Economía, Juan Carlos Mercier, le sugirió la idea de emitir bonos para reemplazar el dinero que no entra a las arcas de la provincia. Reutemann insiste en que no tener bonos lo diferencia del resto. Pero de ahora en más deberá hacer malabares para contener las protestas en la administración pública. Más allá del enojo, y las dificultades que le aparecen en el horizonte, el Lole no deja de mirar la Casa Rosada. Y eso, en el PJ, lo saben todos.

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Reutemann no pudo lograr lo que quería a cambio de firmar el acuerdo bilateral con la Nación.
 
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