EL PAíS › LA CANCILLERIA DESMINTIO UNA SESION EXTRAORDINARIA DEL BLOQUE

El Mercosur, cada vez más contaminado

Uruguay dijo que se había acordado una reunión especial del grupo regional para discutir sus quejas por los cortes de ruta contra las papeleras. Argentina insistió en que el conflicto es un asunto “bilateral”. Chacho Alvarez pidió “armonía” entre los países.

Golpeado por el conflicto de las papeleras, el Mercosur agudizó su crisis con otro choque entre Uruguay y Argentina. La Cancillería local salió nuevamente a cruzar al gobierno de Tabaré Vázquez y negó que el Grupo del Mercado Común haya decidido convocar a una sesión extraordinaria del bloque para discutir los bloqueos de los pasos internacionales, como habían asegurado desde Montevideo. El Palacio San Martín insistió en que el conflicto por las papeleras es “absolutamente bilateral”, al mismo tiempo que confirmó que Néstor Kirchner va a reunirse el próximo martes en San Pablo con su par brasileño Inácio Lula da Silva, al que se sumará el venezolano Hugo Chávez al día siguiente. La cumbre juntará a los presidentes que conforman el mismo eje –Argentina, Brasil y Venezuela– al que Uruguay cuestiona como el único beneficiario del bloque económico.

Por la mañana, Uruguay había asegurado que Brasil y Paraguay estaban de acuerdo con el pedido de Tabaré Vázquez para que el Mercosur discuta los cortes de ruta en Gualeguaychú. Pero por la tarde la Cancillería argentina salió al cruce de la versión a través de un comunicado: “Contrariamente a lo señalado en el comunicado difundido por el Ministerio de Relaciones Exteriores del Uruguay, la reunión del Grupo Mercado Común del Mercosur realizada el 20 de abril del corriente no adoptó decisión alguna con relación a la aspiración de la República Oriental del Uruguay de convocar a una reunión extraordinaria del Mercosur”.

El propio Kirchner también desmintió la mediación de Lula ante Finlandia por el conflicto con Uruguay. “Bajo ningún aspecto en el tema de papeleras hubo una mediación de Brasil; no hubo ninguna mediación secreta ni nada por el estilo”, afirmó el Presidente en la Casa Rosada y destacó que el propio mandatario brasileño lo negó: “Lo conversamos ambos y nos reímos del tema”, remarcó Kirch-

ner para cerrarles el paso a las versiones periodísticas.

Para romper con la idea de que Uruguay tiene mayor iniciativa diplomática, desde distintos sectores del Gobierno salieron a informar sobre las tareas que cada área lleva adelante en el tema papeleras. En la Cancillería hubo una reunión con la embajadora de Finlandia (ver aparte) y el canciller Jorge Taiana confirmó el envío de cartas a las entidades y grupos financieros que solventan el proyecto, para pedirles que posterguen la inversión económica hasta que se resuelva el problema ambiental. En Washington, la ministra de Economía, Felisa Miceli, agregó un planteo ante el presidente del Banco Mundial (ver aparte).

Desde la Jefatura de Gabinete se ratificó la estrategia de recurrir al Tribunal Internacional. “Hemos avanzado mucho y en estos días hubo reuniones con los equipos que están trabajando e, inclusive, hemos convocado a técnicos y abogados vinculados a los vecinos de Gualeguaychú”, detalló Alberto Fernández. Para el jefe de Gabinete “hemos quedado en una situación donde si este tema no logra destrabarse y no podemos hacer un estudio de impacto ambiental acabado, es muy difícil avanzar en cualquier diálogo”. Fernández cargó contra la compañía finlandesa: “Hay cierta imposibilidad de conseguir que Botnia suspenda sus obras y es muy difícil hacer un estudio de impacto ambiental donde gran parte de la información la tiene que dar esa empresa”.

La tensión en el Mercosur sacó del silencio a Carlos “Chacho” Alvarez, su presidente temporario: “La integración de la región sería más atractiva para las inversiones si (el Mercosur) funcionara armoniosamente, y si se puede dar el debate de cómo suprimir las asimetrías entre las naciones”, consideró.

Una novedad fue la toma de posición de la Unión Europea. El encargado de Negocios de la UE en Buenos Aires, Matthias Jorghensen, defendió a Finlandia y a Botnia porque, dijo, “tiene un record excelente” en el cuidado del medio ambiente. “Finlandia es parte de la Unión Europea. Hay una preocupación general y es deseo de ver este conflicto resuelto lo más rápido posible”. También el comisario de Comercio de la UR, el británico Peter Mandelson, respaldó a la empresa, a la que consideró una “víctima inocente” de la pelea entre Argentina y Uruguay. El funcionario, que el mes pasado estuvo en la Argentina donde se reunió con varios integrantes del Gobierno, añadió una advertencia: si el diferendo no se resuelve, dijo, podrían peligrar las inversiones europeas en ambos países.

Al mismo tiempo, otros representantes del bloque manifestaron que existe preocupación “por la tensión que se vive en el Mercosur”. Así fue señalado por el eurodiputado Emilio Menéndez del Valle. “Hay una tensión evidente, no me refiero sólo al tema de las papeleras. La preocupación se refiere a lo que podríamos denominar tendencias centrífugas dentro del Mercosur”, dijo el legislador.

El diputado advirtió que la situación “no facilita el clima” de las negociaciones para un acuerdo de integración comercial entre la UE y el Mercosur. Y mencionó “la posibilidad de que Uruguay se decidiera finalmente a firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos”.

La delegación dejó en Buenos Aires una invitación para que Kirchner hable ante el Parlamento Europeo. Se trata de una carta del presidente del organismo, Josep Borrell Fontelles, para que el Presidente argentino exponga ante una sesión plenaria, en Estrasburgo, en una fecha a definir durante el segundo semestre de este año.

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Néstor Kirchner, Tabaré Vázquez y Lula Da Silva, con el fantasma de las papeleras.
 
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