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Carrió quiere dejar en paz al campo y el ARI arde

La líder de la Coalición Cívica criticó nuevamente ayer la política oficial de retenciones a las exportaciones agrícolas. Esa ratificación aceleró la separación de ocho diputados.

 Por Werner Pertot

Fue un día más que agitado para Elisa Carrió, que recibió golpes del frente interno y externo. La líder de la Coalición Cívica presentó el Grupo de Acción Política (GAP) “Dejar en paz al campo”, que toma el nombre del programa que presentó Alfonso Prat Gay durante la campaña. Lilita se pronunció contra la suba de las retenciones que anunció el Gobierno hace una semana. “La única oligarquía que conozco es la de los corruptos que se robaron el país los últimos veinte años”, lanzó Lilita. Su grupo de acción ya tuvo su primera reacción, pero en las propias filas del ARI. El grupo de los ocho diputados disidentes anunciará la conformación de un bloque “autónomo”.

Vestida de negro, con una campera marrón, espléndida después de unos pocos días de playa (“este país no da derecho ni al descanso”), Carrió hizo su entrada a la conferencia de prensa junto con el radical Jaime Linares, el peronista Gerardo Conte Grand y la diputada del ARI Susana García, quien estará encargada de llevar la relación con la Federación Agraria y con Carbap (su presidente, Pedro Apaolaza, estuvo unos minutos antes de que iniciara la conferencia).

Lilita se colocó sus clásicos anteojos de carey rojos y escuchó al joven coordinador del GAP, Andrés Domínguez. “Somos testigos de un nuevo ataque al campo, que lleva las retenciones a niveles casi confiscatorios”, arremetió. Lilita sonreía, mientras esperaba a Margarita Stolbizer, a quien se le hizo un poco tarde. La dirigente radical fue una de las primeras en explicar el objetivo del GAP: “Vamos a apoyar a los sectores más desprotegidos, que son los pequeños y medianos productores. Esto nos está llevando a una concentración productiva en muy pocas manos”, sostuvo.

Carrió coincidió: “La agresión sufrida es muy grande. La ganancia, sin destino cierto... Bah, con destino a Planificación, que continúa. Es probable que ese dinero vaya a cubrir los sobreprecios, pero no a la redistribución de la riqueza”, remarcó, en alusión al ministro Julio De Vido, principal blanco de sus denuncias.

La dirigente chaqueña sostuvo que las retenciones tienen una motivación puramente fiscal y descartó que se hayan implementado para proteger al mercado interno. “¿Qué mercado interno nivela la soja? Esto es producto del desorden fiscal, producto de la campaña electoral y los vencimientos de la deuda que vienen”, enumeró. Y dijo que estará “en todas las instancias del lado del campo”, incluso en un lockout empresarial.

“No estamos defendiendo a los grandes productores, sino a los pequeños y medianos”, se atajó. “Acá no están perjudicando a Cargill ni a las otras grandes empresas. Es más, es probable que se queden con 500 millones de dólares, porque van a pagar con los precios anteriores. Por eso, nadie habla”, aseguró. Se refería a la operación que hicieron las principales cerealeras –Dreyfus, Cargill, Bunge y ABM, entre otras–, que se apresuraron a declarar exportaciones de soja y sus derivados antes de la suba. La operación pudo concretarse gracias a que el Gobierno nunca clausuró el registro de exportaciones.

La denuncia original fue del diputado Claudio Lozano, quien calculó que las multinacionales se ahorrarán 375 millones de dólares por haber declarado ventas por anticipado. Ayer, con el lanzamiento del GAP, a la denuncia de Lozano se le sumó un pedido de interpelación de la diputada del ARI Susana García al ministro de Economía, Miguel Peirano.

Acción y reacción

Cada palabra de Lilita impactó en la línea de flotación del ARI, cuyo sector disidente terminó de tomar la decisión de formar un bloque aparte, según pudo confirmar Página/12. A los ocho diputados disidentes sólo les faltaría definir el momento de anunciarlo. En este bloque estarían Eduardo Macaluse, Carlos Raimundi, Marta Maffei, María América González, Emilio García Méndez, Leonardo Gorbacz, Lidia Nain y Delia Bisutti.

En el grupo de los ocho, se cuestionó que se presentara el pedido de interpelación sin que hubiese un debate en el bloque del ARI. De hecho –sostienen los disidentes– se convocaron a dos reuniones de bloque a la que no asistieron los lilitos. Los aristas más cercanos a Carrió prefieren esperar al Congreso del partido, que tendrá lugar el 24 de noviembre, donde las mayorías los favorecen.

El grupo disidente venía planteando críticas por el diálogo de Carrió con Ricardo López Murphy, por sus planteos de “dejar de humillar a las Fuerzas Armadas” y por el rumbo ideológico de la CC. La conferencia de prensa en defensa del campo fue la gota que colmó el vaso. “Esto sólo deja lugar a una señal de autonomía de parte nuestra. El tema de retenciones es algo que no compartimos”, sostuvieron ante este diario desde el grupo disidente. “No nos interesa hacerle el juego al Gobierno”, completaron.

¿Qué harán una vez que formen este bloque? Mientras algunos se inclinan por formar parte del interbloque de la CC desde una posición de autonomía, otros imaginan una construcción política que sumen a otros diputados, como parte del “progresismo no kirchnerista”. En el entorno de Carrió, dejaron en claro el hartazgo con este grupo: “Fueron elegidos por la CC hace diez días, y ahora se dieron cuenta de que somos los camisas negras”.

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La líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió.
El hasta ahora titular del bloque del ARI, Eduardo Macaluse.
Imagen: Bernardino Avila & Sandra Cartasso
 
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