EL PAíS › SORPRESA ENTRE LOS FUNCIONARIOS DEL CENTRAL POR EL ANUNCIO

Pagarle al FMI resultó más fácil

 Por Tomás Lukin

La noticia tomó por sorpresa a la mayoría de los funcionarios del Banco Central que estaban participando en las Jornadas Monetarias y Bancarias de la entidad. Tras conocerse la decisión del Gobierno de cancelar los 6076 millones de dólares de deuda con el Club de París, los directivos de la autoridad monetaria señalaban que todavía faltaba definir cómo sería la parte legal del acuerdo. “La ley que permitió el pago al Fondo no alcanza”, explicó una muy alta fuente del Banco Central a PáginaI12. El Club de París no es ni una entidad financiera ni un organismo internacional de crédito y por eso la formalización del pago requiere de algunos ajustes legales. Entre los asesores de Redrado, que esperaron ansiosos toda la tarde su regreso de Casa Rosada para terminar de enterarse, comentaban la posibilidad de que algunos organismos internacionales hubieran presionado más que de costumbre para cerrar el acuerdo.

A principios de 2006, el Gobierno canceló la deuda de 9530 millones de dólares que tenía con el Fondo Monetario Internacional. Para efectuar el pago, el Ministerio de Economía le otorgó a la autoridad monetaria una letra intransferible del Tesoro nacional en dólares, a 10 años, con una tasa de interés que no superara a la Libor menos 1 por ciento. Tras el discurso de Redrado (ver aparte), los directivos del Banco Central señalaban que todavía falta definir cómo será la cobertura legal del desembolso. No quedaban dudas de que el Central recibiría algún tipo de activo del Tesoro nacional, aunque no tenían precisiones sobre el rendimiento de esos papeles ni del plazo ni sobre la parte legal del acuerdo. “No sabemos todavía cómo va a ser, nos falta definir los instrumentos legales que permitan pagarle al Club de París. Como no es una entidad jurídica, la ley que permitió el pago al Fondo no alcanza”, apuntó una altísima fuente de la autoridad monetaria a PáginaI12.

Apenas se conoció la noticia, un asesor cercano al presidente del Central, que se acababa de enterar, señaló como posibilidad que el Banco Mundial o el BID hubieran recrudecido su presión sobre el Gobierno para cerrar un acuerdo con el Club de París. Para el funcionario del Central los organismos multilaterales suelen tener ese tipo de comportamiento, “porque de hecho somos un deudor moroso”, pero barajó como hipótesis que esta vez hubieran amenazado con trabar la concesión de créditos futuros si no cerraban un acuerdo.

Una duda que se repetía entre los especialistas de la entidad era el porqué de la decisión de pagar todo junto. Para varios economistas del Central, hubiese sido más potable realizar un pequeño desembolso y refinanciar el resto, pero reconocían que esta maniobra requeriría de la intervención del FMI, que el Gobierno prefería evitar.

Con el correr de la tarde los pasillos del hotel Hyatt se fueron poblando de funcionarios de segunda línea que buscaban precisiones sobre el modo de cancelación. Al igual que cuando se pagó al FMI, existe el riesgo de que los bonistas que no entraron en el canje de la deuda –los holdouts– puedan realizar embargos alegando que el dinero con el que se está pagando al Club de París es del Estado y por lo tanto podrían reclamar un derecho sobre él. Un joven economista del Banco especuló con que “Argentina tiene parte de las reservas colocadas en lugares como la Reserva Federal. Sería muy raro que el Tesoro norteamericano acepte entregar las reservas ante un reclamo de los holdouts”. Estados Unidos es miembro del Club de París y, como tal, recibirá el 7 por ciento del pago.

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