EL PAíS

“Estados Unidos focalizó esta persecución”

 Por Nora Veiras

Julian Assange, el fundador de Wikileaks, lleva más de cinco meses refugiado en la embajada de Ecuador en Londres. El hombre que hizo públicos documentos confidenciales de las embajadas de los Estados Unidos en el mundo tiene causas en la Justicia de Suecia, Estados Unidos y Gran Bretaña. Expuso la vulnerabilidad de la red de redes y el control global parece no perdonárselo. Baltasar Garzón asumió su defensa. Considera que este periodista australiano está sufriendo “una persecución política focalizada por Estados Unidos”.

–Desde julio, además se está ocupando de la defensa de Julian Assange. ¿Cómo tomó esa decisión?

–Es un desafío muy importante. La única condición que le puse a Julian es que mi trabajo iba a ser absolutamente altruista. Creo que está siendo objeto de una verdadera persecución política que atenta contra los derechos humanos, la libertad de información, la libertad de expresión, que se ha focalizado en esta persona. Estados Unidos ha focalizado esta persecución. Gracias al gobierno de Ecuador que le ha dado asilo, ha generado un derecho humano en la persona del señor Assange que no se niega en ningún momento a contestar, a responder todas las cuestiones que tenga pendientes en Suecia. Lo único que pedimos es que eso se haga con garantías, que no se active un mecanismo de extradición que lo lleve a Estados Unidos y lo lleve a responder sin garantías, como lo estamos viendo en el procedimiento secreto que se está realizando contra él y por unos hechos que entendemos que no son delictivos, sino una persecución política.

–¿Esta persecución política que denuncia sobre Assange es tomada por los organismos de derechos humanos a nivel universal o se limitan por la denuncia de los Estados Unidos?

–Creo que hay un gran número de organizaciones de derechos humanos, casi su totalidad, que ha puesto su atención en este caso porque lo que no podemos hacer es lo que se intentó desde algunas esferas oficiales que es desprestigiar la figura de Assange, diciendo que ha cometido delitos sexuales y que acá no hay nada más. Por supuesto que es un ciudadano normal y debe responder ante la ley, los cargos son absolutamente inconsistentes y cuando llegue el momento, los abogados suecos así lo demostrarán. No sólo el principio de presunción de inocencia nos beneficia, pero ni es necesario porque demostraremos la inconsistencia. Creo que esa irrealidad de disfrazar la realidad de Assange ha caído. Todo el mundo ve que hay algo extraño detrás de todo esto. No tiene sentido todo lo que está pasando y todo lo que se le está haciendo pasar a una persona por el hecho de que fue receptor de una información –información que tenían más de 2000 personas– que la socializó y la puso en comunicación, en poder de todos los ciudadanos, y que en ello también le ayudaron los principales y más prestigiosos periódicos del mundo. Por tanto, si hay protección y libertad para cada uno de ellos, por qué no para Julian Assange. Aparte lo que yo creo que se tendría que investigar es no tanto a Assange, sino los delitos o comportamientos ilícitos que se denuncian precisamente por aquellos que ven revelada esa documentación.

–¿Assange puede permanecer en Londres en esa situación si Suecia no garantiza la no extradición?

–Suecia se ha ofendido mucho: ha dicho ‘Suecia es un Estado de Derecho y no va a consentir que se produzcan acciones que no sean legales’, que no se ejecutará la pena de muerte. Obvio, un país que no tiene reconocida la pena de muerte como Suecia no podría nunca otorgar la extradición a un país que sí la puede aplicar si no se compromete a no hacerlo. La cuestión es ésta: nosotros no dudamos de la integridad del sistema judicial sueco, lo que sí solicitamos es que la autoridad política correspondiente de Suecia emita una comunicación formal garantizando que no habrá una entrega de extradición mientras que Julian Assange tenga que responder sobre esos hechos. Eso es lo que deberían hacer. Gran Bretaña lo que tendría que hacer, cumpliendo las normas del derecho internacional, es otorgar el salvoconducto. Primero debería protegerse el derecho humano al asilo y una vez que ello se haga, podría perfectamente el mismo Ecuador desde su territorio comprometerse a que Julian Assange respondiera ante Suecia, o incluso que se denunciaran los hechos en Ecuador y se lo investigara. Comprendo que Gran Bretaña está en la tesitura de cumplir la legislación europea –la orden de detención y entrega– y el derecho de asilo que le está pidiendo Ecuador que cumpla, en esa balanza no hay opción: el derecho humano de asilo, generado y ya existente, no puede ceder ante el interés de la Justicia para responder ante tribunales de otro país, cuando precisamente se contraponen uno y otro.

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Imagen: Leandro Teysseire
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