ESPECTáCULOS › ENTREVISTA CON LOS PROTAGONISTAS DE LA SERIE “CSI”

Los forenses entran en escena

A punto de finalizar sus respectivas temporadas ’05, Carmine Giovinazzo (CSI Nueva York) y Adam Rodríguez (CSI Miami) cuentan cómo llevan adelante los guiones en los que los términos científicos a veces los marean a ellos mismos. Entretelones de una de las series más vistas en Estados Unidos.

 Por Emanuel Respighi

El de CSI es un caso atípico para la TV, si no único. También sorprendente. No es muy común que de una serie de televisión, en este caso CSI Las Vegas, se desprendan otras dos versiones con la misma temática de policías forenses pero en contextos diferentes. A la CSI original, creada en 2000 y enmarcada en la ciudad-casino de Las Vegas, le siguieron posteriormente CSI Miami (2002) y CSI New York (2003), ambas series manteniendo una calidad en los libros y en las historias –similares, pero distintas– admirables. Ese dato bastaría para entender la implicancia que tiene la franquicia televisiva creada por Jerry Bruckheimer, cuyas tres versiones se emiten por la pantalla de Sony. Pero no alcanza: CSI, en cualquiera de sus versiones, es un programa que atrapa a cualquier tipo de espectadores, a partir de un guión consistente, un sólido elenco y un relato que se agiliza gracias a recursos de tinte cinematográfico.
Lo primero que hay que señalar es que CSI es una franquicia televisiva que se introduce en el funcionamiento de una serie de equipos de policías. Hasta aquí, nada demasiado novedoso a lo que se acostumbra a ver en series. Sin embargo, CSI es un ciclo de policías pero en vez de involucrarse en la cotidianidad de simples policías callejeros, la serie centra su atención en policías forenses, más cercanos a las costumbres científicas que a las policíacas. Además, en ninguna de las versiones existe un detective heroico capaz de resolver cualquier caso por su propia cuenta. Aquí, la resolución de los casos no responde a la intuición ni a la investigación de un único policía, sino más bien al estudio de la totalidad de las variables a la hora de investigar un crimen.
Con motivo de los finales de temporada de la serie (la primera temporada de CSI NY finaliza hoy a las 21, mientras que CSI Las Vegas lo hará el próximo miércoles a la misma hora), Página/12 entrevistó a dos de los actores que le ponen el cuerpo y la inteligencia a los escalofriantes y extraños crímenes. Carmine Giovinazzo, que en CSI NY interpreta al duro y conflictivo Danny Messer, y Adam Rodríguez, que en CSI Miami encarna al cubano-americano Eric Delko, le contaron los secretos de una franquicia que no conoce de fronteras geográficas ni culturales.
–¿Cómo se prepararon para interpretar a policías forenses?
Adam Rodríguez: –Le dedicamos un tiempo prudente al estudio de todo lo que es la ciencia forense, tuvimos que aprender lo que ellos hacen porque su tarea no es muy conocida por el público. Nos pusimos en contacto con esta gente, tanto en el laboratorio forense como en la morgue. Fue un proceso arduo, porque la tarea que realizan es compleja. Pero aprendimos lo suficiente como para que el programa fuera algo digno de creer.
Carmine Giovinazzo: –El hecho de que mi padre y mi hermana fueran policías, el haber crecido toda mi vida rodeado de todo lo que tiene que ver con policías, creo que influyó a la hora de interpretar mi personaje. Me ha dado un conocimiento sobre los policías, sobre qué tipo de gente son, que es casi innato.
–¿Qué fue lo que más le sorprendió de esa profesión?
A. R.: –Lo que me sorprendió mucho es la paciencia con que se mueven los médicos forenses. Nosotros resolvemos los crímenes en 45 minutos, pero a ellos les cuesta mucho más tiempo. En la realidad, los forenses deben mantener siempre enfocada su atención durante un período muy largo para asegurar llegar a la verdad. Es una profesión muy interesante, pero también muy estresante.
–¿Qué fue lo más complejo a la hora de interpretar a un médico forense?
C. G.: –Mucho de lo que se discute en el programa es hacer de esa información densa que maneja el guión un programa interesante, que atrape al espectador. La verdad es que muchas veces manejamos un grado de información científica casi inentendible. En ocasiones, leo el guión con todo ese lenguaje científico y tengo que preguntar en el set de qué se trata para poder entender lo que estoy diciendo. Para un actor es muy complicado hacer de un diálogo complejo algo atrapante.
–Además de las ciudades donde transcurren las tramas, ¿qué diferencias encuentran entre CSI Miami y CSI NY?
A. R.: –Creo que CSI Miami deja siempre una suerte de moraleja. Eso tiene que ver mucho con el personaje de David Caruso, porque es una persona infalible e incorruptible. Al hacer lo correcto, la serie pareciera dar siempre lecciones de vida. Tiene un nivel moral más elevado. Creo que los otros dos personaje principales de CSI NY y Las Vegas son un poco más humanos.
C. G.: –Mi respuesta es un poco más aburrida. El hecho de que haya otros actores, otros personajes y otras historias hacen que cada una sean un producto diferente. Aunque vale decir que todas tienen en común la resolución de los crímenes sobre investigaciones científicas.
–La serie ha sido un éxito tanto dentro de EE.UU como afuera. Traspasó barreras culturales, aun manteniendo un fuerte arraigo a la idiosincrasia de los habitantes de las ciudades donde transcurren las tramas. ¿Por qué creen que sucede eso?
C. G.: –Si supiese no estaría aquí haría mis propios programas o películas (risas). Creo que CSI tiene la virtud de ser un show integral, en el sentido de que cada personaje tiene una historia interesante detrás. En el programa, además de cada caso a resolver, hay historias personales y de relaciones entre los personajes que también se dirimen.
A. R.: –Creo que la gente con este nuevo tipo de programas puede explorar una gama de personajes diferentes, lo que hace más rica la serie. Es una manera de no centralizar todo en una sola persona. En la vida real, la policía no descansa en los héroes que la TV y el cine nos vendieron por mucho tiempo, sino más bien en un trabajo en equipo. Serle fiel a eso a su vez ayuda a hacer más rico el ciclo, porque es imposible que en la actualidad una sola persona pueda hacerlo todo.
–Adam, a su personaje siempre le pasa algo malo en la serie, ¿esa característica atenta contra la identificación del público?
A. R.: –(Risas.) No sé por qué me eligieron para que yo sea el hazmerreír de todos. Y la verdad que, al ser el único latino del programa, me molestaba que todos los equívocos caigan sobre mi personaje. Se los dije a los guionistas e hicieron ajustes. Luego entendí que muchas veces es más interesante equivocarse que creer estar en lo cierto. No existe el policía perfecto. Como seres humanos, cometemos muchos errores y la gente se relaciona más con el que comete errores que con el que siempre tiene la razón.
–Dice que justo sobre usted, que es el único actor latino, recayeron las cosas malas. ¿Notó algún tipo de discriminación de la industria del entretenimiento estadounidense para con los latinos?
A. R.: –Creo que sí hay una diferencia entre los nativos y los latinos. Me parece que no sólo se debe a una cuestión cultural, sino también a que en EE.UU. no hay suficientes guionistas o directores latinos que puedan expresar nuestro punto de vista acerca del funcionamiento del mundo. El punto de vista latino que transmite Hollywood siempre se basa en alguien que mira con ojos no latinos. Esa es la lucha que siempre tengo en el set, donde tengo que hacer que entiendan mi punto de vista, que no es el mismo que el de ellos. Hoy por hoy, la aceptación de los negros es mayor a la de los latinos, pero tuvieron que pelear mucho para que ello ocurra. No creo que sea casualidad que casi ningún personaje principal está interpretado por latinos.

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Giovinazzo y Rodríguez forman parte de dos de las tres versiones de CSI.
 
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