SOCIEDAD › RECLAMAN LA PROHIBICIóN DE UN TORNEO INTERNACIONAL DE RIñA, EN TERMAS DE RíO HONDO

Los gallos tienen quien los defienda

Organizaciones protectoras de animales piden suspender el torneo previsto para el 1º y 2 de agosto, que fue aprobado por el Concejo Deliberante. Las riñas están prohibidas por una ley nacional, pero las autoriza una norma provincial.

 Por Soledad Vallejos

Mediante un recurso de amparo, la Red Argentina de Entidades Protectoras de Animales no Eutanásicas solicitó a la Justicia de Santiago del Estero que evite la realización de un torneo internacional de riña de gallos. El encuentro, agendado para el 1º y el 2 de agosto, cuenta con el beneplácito del Concejo Deliberante y la municipalidad de Termas de Río Hondo, localidad en la que se lleva adelante el torneo desde hace veinte años, y en cuyo polideportivo municipal, al promediar las vacaciones de invierno, alrededor de mil personas provenientes de Argentina, Brasil, Uruguay, México y hasta Japón suelen reunirse para ver las disputas de animales entrenados especialmente para la ocasión. El marco legal es confuso: mientras la ley nacional 14.346 prohíbe explícitamente las riñas de gallos, desde 1986, la ley provincial 5574 las permite, y aun regula: la Dirección de Deportes provincial extiende los permisos del caso y administra los ingresos generados por la recaudación.

En el torneo “enseñan a niños, los hombres del mañana, a disfrutar del dolor ajeno. Queremos que esa situación se revierta”, sintetizó a Página/12 la presidenta de la Asociación Civil Vida Animal, Elma Mansilla, integrante santiagueña de la red que realizó la presentación judicial. Las autoridades locales, en cambio, sostienen que el evento se realiza con toda la normalidad y legalidad de cualquier costumbre que va por su “vigésima edición”. “Además, en este momento la actividad turística, por la epidemia de gripe A, está alicaída: los hoteles están trabajando al 50 por ciento de lo que suelen hacer para esta época del año, la gastronomía no tiene comensales... Y este torneo, que es una tradición local, porque éste es un pueblo en el que las apuestas gustan y las riñas de gallos son cosa de todos los fines de semana, permite que la situación se restablezca un poco”, explicó Carlos Alberto Alderete, secretario parlamentario del Concejo Deliberante de las Termas, cuya economía suele depender del éxito de servicios turísticos y de spa. Para el torneo de riñas del año pasado, recuerda Alderete, a la ciudad llegaron cerca de cinco mil personas.

“Las presentaciones judiciales en realidad fueron dos: una para evitar la comisión del delito, porque el torneo internacional de riñas viola una ley nacional, y la otra es una denuncia penal contra los concejales, por abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público”, detalló a Página/12 la activista pro derechos de los animales Elma Mansilla, que denunció que el evento mueve “millones de pesos” y origina sufrimiento y muerte a los gallos participantes. La presentación realizada ante el Juzgado del Crimen de II Nominación de las Termas, a cargo de Ana Cecilia Vittar, solicita que el encuentro sea suspendido en virtud de la ley nacional 14.346 (de 1954), que prohíbe “actos públicos o privados de riñas de animales, corridas de toros, novilladas y parodias en que se mate, hiera u hostilice a los animales”. Sin embargo, la ley provincial dictada en 1986, la ley “gallera”, a decir de Mansilla, no sólo habilita la realización de riñas, sino que además dispone un esquema de regulación de su funcionamiento y estipula que lo que de ellas se recaude, tal como sucede con los juegos de azar, sea destinado a entidades benéficas y también usado para reequipar a la policía provincial. Mansilla señala que “la ley gallera no contempla las apuestas, prohíbe el ingreso de menores y la venta de alcohol, pero en las riñas hay apuestas que van de los 100 a los 70 mil pesos, se mueven de 3 a 9 millones de pesos en cada torneo”.

“Los gallos pelean, los hombres confraternizan”, dice José Luis Brandán, uno de los integrantes de las dos familias organizadoras del Torneo Internacional que, este año, también prevé inaugurar el Primer Campeonato Regional del Noroeste argentino, una seguidilla de encuentros que culminará con una gran final en diciembre, en Salta. “Son encuentros de amigos”, explica Brandán, y niega rotundamente que el circuito mueva millones de pesos. “La inscripción cuesta 100 pesos por equipo, cada equipo son tres personas, y no están permitidas las apuestas”, asegura. Alderete, el secretario parlamentario, dice que la riña está tan arraigada que “por acá, donde vayas caminando ves gente con gallos bajo el brazo, como ves gente en Uruguay con termos”.

Brandán es de la idea de que la afición también se desparrama en la cultura regional, y para demostrarlo invoca su primera vez: “Tenía 13 años, hoy tengo 45, y mi papá y mis hermanos me llevaban a Salta, donde era el torneo más grande del país, donde un presbítero, Carlos Escobar Saravia, era el presidente del club donde se desarrollaban las actividades. A las riñas va todo tipo de gente, desde un profesional hasta un simple obrero que gusta de este deporte. Hay gente a la que le gustan las peleas de perros. A mí no me gustan, pero la hay. Yo soy gallero. Cada uno con su deporte, ¿no? Esto no es como el golf: un gallo lo puede comprar cualquiera, cuesta 200 pesos”, agregó. Si de algo sospecha Brandán, en cambio, es de las intenciones de los denunciantes, porque “me parece raro que esta gente haga denuncias siempre en estas fechas, para el torneo, y no cualquier día del año, cuando acá hay riñas todos los fines de semana. Y aparte entorpecen lo que muchos comerciantes piden, que las Termas se oxigenen, porque estamos con una temporada bajísima”.

En noviembre de 2006, los protectores de animales presentaron un proyecto para que los diputados provinciales deroguen la ley santiagueña que permite las riñas; pero desde que tomó estado parlamentario, en la última sesión de 2007, la iniciativa está pendiente de tratamiento. En diciembre de 2006, una demanda logró suspender un encuentro de galleros en la localidad de La Banda. En julio de 2008, a poco de comenzar, un torneo fue suspendido por intervención judicial. “Yo soy muy religiosa, y aunque no lo creas rezo todas las noches por esta gente, para que no cometa estas torpezas. Quiero que todos los cristianos oren para que esta gente pare de torturar”, asegura Mansilla.

“Acá somos dos familias las que organizamos –replicó Brandán–. Esperamos a las delegaciones con un asado, con comidas típicas.” “Los torneos también reactivan el comercio de regionales –acotó Alderete–, el que viene no sólo come algo típico, sino que además se lleva algo.”

Compartir: 

Twitter

Las riñas de gallos son una tradición en las provincias del norte, dicen los organizadores.
Imagen: AFP
 
SOCIEDAD
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.