SOCIEDAD › POLéMICA POR LA POSIBILIDAD DE UNA EUTANASIA CANINA MASIVA EN LA CAPITAL DE ESA PROVINCIA

En Neuquén se vienen días de perros

A raíz de un brote de leptospirosis, la comuna decretó la emergencia sanitaria que habilita al sacrificio de animales.

 Por Emilio Ruchansky

El brote de leptospirosis, detectado en dos hombres que trabajaban en un criadero de cerdos en La Meseta, en las afueras de la ciudad de Neuquén, abrió un debate sobre la superpoblación canina que afecta a esa capital. El gobierno provincial declaró la emergencia sanitaria dejando abierta la posibilidad de una matanza de perros callejeros, que podrían expandir la epidemia. El intendente Martín Farizano aclaró ayer que “no se ha sacrificado ningún perro” y aseguró que se agotarán “todas las instancias posibles para no llegar a eso”. En diálogo con Página/12, Bibiana Morán, titular de la Asociación Los Amigos del Perro (ALAP) de Neuquén, señaló que gracias a las protestas se logró frenar el aniquilamiento de 218 perros capturados en las últimas semanas.

“La enfermedad de los porqueros” o “fiebre del cañaveral”, como también se conoce a la leptospirosis, tiene su origen en las ratas. “Estos roedores son portadores sanos, pero en época de lluvias o nevadas, como ahora, las ratas dejan sus madrigueras y andan por la superficie. Al orinar trasmiten la bacteria a los perros, a los chanchos, las cabras y también a los humanos”, explicó Oscar Lencinas, director del Instituto Pasteur. El contexto tiene mucha importancia, agregó el especialista. Los roedores necesitan comida y la encontraron en el inmenso basural del barrio donde abundan los perros y ocurrieron los casos de leptospirosis.

El contagio en humanos se da a través de la piel, cuando está lastimada o desgastada; por ejemplo, en los chicos que juegan al fútbol descalzos. “También se contagia por la nariz, los ojos y la boca”, informó Lencinas. La bacteria dura hasta cuatro meses en el cuerpo de quien está contagiado, sea un animal o un ser humano, y puede tener consecuencias fatales si el paciente tiene las defensas bajas. El primer síntoma es la fiebre, por lo que muchos contagios no son materia de consulta.

“Antes era una típica ‘ictericia febril’, pero desde hace una década el 65 por ciento de los afectados en el país ingresa a hospitalización por neumonía, un porcentaje importante se agrava y sufre hemorragia pulmonar con distrés respiratorio, con una mortalidad que alcanza a la mitad de los casos”, destacó el jefe de Zoonosis del Hospital Muñiz de Buenos Aires, Alfredo Seijo. La alarma cundió en Neuquén tras los dos hombres contagiados (uno de ellos está grave) y la superpoblación canina quedó expuesta.

“Hay una ordenanza que está vigente que declara a Neuquén municipio no eutanásico y que tiene una situación específica para una cuestión de emergencia. En el marco de esa ordenanza, el Concejo Deliberante aprobó la obligación de la Municipalidad de acudir a Salud Pública para evitar el avance de una epidemia”, aseguró ayer el intendente, quien aclaró que la excepción a la norma rige por cuatro meses y sólo en La Meseta, a 12 kilómetros del centro de la ciudad. Allí, según Farizano, “por pedido de productores de la zona” ya se identificó a 218 perros.

“Son animales sin dueño, tienen un carácter de semicimarrones y se desplazan entre el basural y los diferentes puestos de productores. La idea es que puedan ser entregados al municipio, a los efectos de su atención. Lo que se va a hacer es el tratamiento de estos canes, ya que cada uno de ellos presenta una problemática particular”, aseguró el intendente. Por su parte, el director de Zoonosis y Vectores, Gustavo Bossio, dijo que se intentará definir si “están enfermos y luego se determinará si hay que sacrificar perros o no”.

Según Morán, de ALAP, hubo apoyo de 19 ciudades argentinas y adhesiones de Uruguay, México y Colombia para detener cualquier intento de eutanasia masiva. Hasta el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, ladró en defensa de los perros a través de Twitter.

“Acá se mataban 3500 perros por año en una cámara de gas hasta que logramos detener esto en 2002. Desde el Ministerio de Salud provincial pidieron hacer ‘un control y reducción’ de la población canina, pero en la Municipalidad lo leyeron como si esto significara una matanza y en verdad se pide castración”, dijo Morán.

Los insumos para la esterilización de cada perro, según la activista, le costarían alrededor de seis pesos al municipio. “Para controlar la superpoblación canina es más efectivo esterilizar que matar, el problema es que los colegios de veterinarios no quieren que la castración sea gratuita... o sea, no quieren competencia”, dijo Morán. Según le contó a este diario, en los últimos días varios vecinos la llamaron para informarle de la desaparición de muchos “perros comunales”, que no tienen dueño pero reciben comida y afecto de muchas manos anónimas.

Ayer, las autoridades municipales aseguraron que el brote está controlado y se están limpiando los basureros, pero la polémica sigue. El concejal Francisco Baggio dijo que pronto “habrá más perros que habitantes” en Neuquén y sugirió hacer un referéndum para debatir la “eutanasia canina”.

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En el barrio La Meseta, a doce kilómetros del centro, se identificaron 218 perros abandonados.
Imagen: Pablo Piovano
 
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