SOCIEDAD › EN ARGENTINA, CADA AÑO SE DETECTAN 1800 NUEVOS CASOS

El enigma de los linfomas

No está claro por qué esta enfermedad que afecta el sistema inmunitario se expande cada vez más en el mundo. Lo atribuyen a razones ambientales, a la epidemia de VIH y a los trasplantes.

 Por Pedro Lipcovich

Hay un misterio del linfoma: por qué esta forma de cáncer, que afecta al sistema inmunitario, se expande cada vez más en el mundo, al punto de haberse duplicado en los últimos 30 años. Un millón de personas viven con linfoma en el mundo, y cada año se diagnostican unos 360.000 casos nuevos, según datos de la asociación de pacientes Linfomas Argentina. En el país, cada año enferman cerca de 1800 personas. Hoy es el Día Mundial de la Concientización sobre el Linfoma y se efectuará una jornada de información en el Centro Cultural Borges. Especialistas explicaron a Página/12 los síntomas iniciales de esta enfermedad, que un error de diagnóstico puede llevar a confundir con una mera virosis respiratoria. La presidenta de Linfomas Argentina, a su vez ex paciente, solicitó la regularización en la provisión de medicamentos, cuya entrega a pacientes del PAMI estaría demorada. Y el capitán de la Selección masculina de Hockey, también ex paciente, recordó que, a pocos meses de recibir tratamiento, ya estuvo en condiciones de volver a jugar.

“La causa del aumento mundial de casos de linfoma no está clara, pero se estima que podría deberse a factores ambientales –señaló el hematólogo Gustavo Milone, jefe de la Unidad de Trasplantes de Fundaleu–: lo que más llama la atención es que el incremento se registra en el mundo entero.” Es cierto que en las recientes décadas se han presentado dos factores: la epidemia de VIH y la mayor frecuencia de trasplantes de órganos; los receptores de éstos deben tomar drogas inmunosupresoras que, como la caída inmunitaria propia del sida, favorecen la aparición de linfomas; además, el mayor registro de casos también responde a un mejor diagnóstico; pero este conjunto de factores no explicaría más que un tercio del incremento.

En este contexto, en los últimos años se desarrolló, en distintos países, una red de asociaciones de pacientes, la Coalición Linfoma, para luchar por sus derechos y brindar información. Haydée González, presidenta de la asociación Linfomas Argentina, destacó el reclamo “por la provisión de medicamentos: están incluidos en el PMO, de modo que las obras sociales, los hospitales y las prepagas deben suministrarlos, pero a veces, especialmente en pacientes del PAMI, su entrega se demora hasta cuatro meses”.

Los síntomas iniciales, según explicó Milone, suelen consistir en: “Fiebre por la tarde, con un pico alrededor de las 18 horas; mucha transpiración por la noche, al punto de empapar las sábanas; pérdida de peso, decaimiento, dolores musculares y la presencia de una masa en el cuello, la axila o la ingle. A veces, se presenta esta masa sin otro síntoma; a veces, hay síntomas pero no hay masa tumoral visible”. Un error diagnóstico posible es la confusión con una virosis respiratoria. Milone aclaró que “a diferencia de los cuadros respiratorios, donde la fiebre suele ser a distintas horas, y no durar muchos días, en el linfoma la fiebre persiste por semanas, y sólo a la tarde”.

Haydée González recordó que “los linfomas abarcan muchas formas de cáncer, clasificadas en dos grandes grupos: el de Hodgkin y el no Hodgkin. Este tiene la particularidad de presentar dos picos de incidencia: el primero, en jóvenes; el segundo, en adultos de 50 o más años”. Y constituyen la tercera forma de cáncer de más frecuencia en niños. Según precisó Milone, en la Argentina se calculan “unos 1750 casos nuevos de linfoma por año”.

En cuanto a los tratamientos, Rafael Calahonra, jefe de Hematología del Hospital de Clínicas, señaló que “a la quimioterapia convencional se han sumado enfoques terapéuticos basados en la biología celular, como la administración de anticuerpos monoclonales”. El punto de partida de estos tratamientos está en que “hoy sabemos que cada cáncer obedece a la proliferación incontrolada de una sola célula: todas las células que componen el tumor son iguales a una primera que, por haber sufrido una alteración en su ADN, empezó a proliferar. Entonces, los anticuerpos monoclonales ayudan a atacar esa línea celular y no otras”. Para Calahonra, “es verosímil que, por esta vía del conocimiento, lleguemos a contar con medicamentos diseñados específicamente para cada paciente”.

Hoy, de 10 a 19, Linfomas Argentina presenta una muestra artística colectiva, de pacientes y familiares, en el Centro Cultural Borges. A lo largo de todo el día se brindará información sobre el tema. Uno de los integrantes de la entidad es Germán Orozco, capitán de la Selección Argentina de Hockey, quien a los 23 años había enfermado de linfoma: “Me lo detectaron a mediados de 1999 y recibí un tratamiento que incluyó un autotrasplante de médula: en septiembre de 2000, ya estaba jugando al hockey nuevamente”.

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Haydée González, ex paciente y presidenta de la asociación Linfomas Argentina.
 
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