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Jueves, 14 de febrero de 2008

CINE › “COMETAS EN EL CIELO”, DIRIGIDA POR EL ESTADOUNIDENSE MARC FORSTER

Muchos conflictos para un solo film

 Por D. B.

El más reciente largometraje de Marc Forster (Cambio de vida, Más extraño que la ficción) es una de esas películas que, de establecerse un premio especial a las buenas intenciones, merecería obtener todos los galardones existentes y por existir. Cometas en el cielo, como la novela semiautobiográfica de Khaled Hosseini en la cual se basa, es un ambicioso repaso de la vida en Afganistán desde fines de los años ’70 hasta la actualidad. El país de Medio Oriente ha atravesado, a lo largo de esos cinco lustros, diversas crisis políticas y sociales, una sangrienta ocupación soviética resistida por grupos de guerrilleros rebeldes, varios problemas con sus vecinos iraníes y paquistaníes, más violencia estructural ejercida por el régimen talibán –los líderes de la teocracia establecida en 1996– y una nueva ocupación militar, ahora a manos del ejército norteamericano (este último detalle no forma parte del film, ya que la historia termina antes de los atentados de septiembre de 2001).

Lejos de cualquier ánimo documentalista, el film de Forster se empeña en abarcar tamaña complejidad histórica a partir del relato de dos amigos, Amir y Hassan. El primero es miembro de la elite cultural y económica afgana, el segundo es pobre y empleado de la familia de Amir, además de pertenecer a la minoría étnica Hazara. Al comienzo del film los niños participan –y ganan, por cierto– un concurso de barriletes, aparentemente un deporte con larga tradición en la ciudad de Kabul. Esa primera parte de Cometas en el cielo (un flashback disparado por el recuerdo del protagonista) presenta un Afganistán que dista de ser idílico, donde la recientemente instaurada república comienza a tambalear ante la posibilidad de guerras intestinas, pero marcado por la mirada inocente de la infancia y los juegos. Inocencia que será manchada cuando Hassan sea violado y humillado por un grupo de chicos algo mayores ante la mirada de Amir, quien no intervendrá para impedir la agresión y destruirá posteriormente esa amistad que parecía inoxidable.

Primer símbolo de una película plagada de metáforas, además de una serie de melodramáticas vueltas del destino poco menos difíciles de digerir, al menos en un contexto que se presenta como realista: el amigo es en realidad su hermanastro, el violador reaparecerá cerca del final transformado en líder talibán, verdadero villano de cartón pintado. Las peripecias para escapar del país junto a su padre (el actor iraní Homayoun Ershadi, protagonista de El sabor de la cereza) luego de la ocupación soviética, las penurias del exilio en un país extraño, la posibilidad del amor y el matrimonio junto a una joven de la comunidad afgana en los Estados Unidos, la búsqueda de la expresión artística a través de la literatura, la publicación del primer libro, la vuelta al terruño, luego de dos décadas de distancia, en busca de ese sobrino del cual se desconocía su existencia. Todo ello y mucho más cuenta Cometas en el cielo en apenas dos horas, abarcando mucho y apretando bien poco.

Quizá como consecuencia directa de seguir al pie de la letra los pormenores de la novela de Hosseini, el film se siente como una serie de secuencias que el director va despachando en serie, como quien tilda ítem en un remito, sin lograr que el relato emocione o genere una empatía genuina por los personajes. Tampoco el protagonista, Khalid Abdalla, parece dar con el tono adecuado para encarnar al protagonista, atravesando secuencias y situaciones como quien cumple con molestos compromisos. Y luego llega el final, en el cual la película se transforma en un imposible –y risible, muy a su pesar– film de acción en el cual los guardaespaldas del líder talibán, estereotipos barbados, intentan encaramarse al podio de los soldados más ineptos de la historia del cine. Como drama de hondo contenido humano, se siente demasiado artificial; como retrato de la violencia del ser humano sobre sus congéneres, simplista en exceso. Pero ahí están los cometas del final, una imagen que sirve para ganar Oscar y justificar más violencia real en nombre de las libertades occidentales.

5-COMETAS EN EL CIELO

(The Kite Runner, Estados Unidos, 2007)

Dirección: Marc Forster.

Guión: David Benioff.

Fotografía: Roberto Schaefer.

Montaje: Matt Chesse.

Música: Alberto Iglesias.

Intérpretes: Khalid Abdalla, Homayoun Ershadi, Zekeria Ebrahimi, Ahmad Khan Mahmidzada, Atossa Leoni.

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