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Jueves, 11 de abril de 2002

Richard Linklater:

Una vez leí un ensayo de Philip K. Dick, en el que hablaba de su novela Fluyan mis lágrimas, dijo el policía. Un libro que escribió muy rápido, prácticamente fluyó a través de él. Lo que escribió Dick es que, cuatro años después de haber escrito ese libro, conoció en una fiesta a una mujer que tenía el mismo nombre que la protagonista de su libro. Y a la que le había pasado lo mismo que estaba en su libro. Cuando se dio cuenta de que en su vida le estaban pasando las mismas cosas que había escrito en su libro, se lo comentó a un religioso amigo, que le dijo que lo que él había escrito era en realidad uno de los libros de la Biblia, que sucede en el año 50 antes de Cristo. Incluso los nombres de sus protagonistas eran los mismos que en la Biblia. Pero él nunca lo había leído antes. Así que Dick elaboró esta teoría: que el tiempo era una ilusión, y que todos vivimos en el año 50 antes de Cristo. Y que esa ilusión era creada por una especie de demonio, que buscaba hacernos olvidar el hecho de que la llegada de Dios era inminente. Que eso es loque el tiempo y la historia son en realidad. Un continuo sueño en estado de vigilia, una distracción.

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