00:13 › "SI QUIEREN UN MUERTO LO VAN A TENER"

Divorcio a la chaqueña

Luego de que su marido, Jorge Capitanich, le impidiera el ingreso a la Casa de Gobierno de la provincia de Chaco y le solicitara el divorcio, la diputada nacional electa, Sandra Mendoza, calificó de "maricones" a los funcionarios que le impidieron ocupar su despacho, después de haber defendido a las comunidades aborígenes que acampaban en la plaza principal de Resistencia, que fueron reprimidas por la policía el miércoles.

Mendoza llamó "maricones" a los funcionarios que le impidieron ingresar a la Casa de Gobierno de Chaco, y aseguró que su esposo, Jorge Capitanich, le "debe su carrera" política en el justicialismo porque era "radical".

Aseguró estar dispuesta a "iniciar una huelga de hambre", que le puede costar la vida, ya que padece diabetes y advirtió: "Si quieren un muerto lo van a tener".

"La muerta acá será la madre de los hijos de Capitanich", enfatizóen la puerta de Casa de Gobierno mientras un abogado y una escribana labraron actas sobre el episodio.

Acerca del anuncio de Capitanich sobre su separación, Mendoza aclaró que "no me consta para nada que mi marido haya iniciado los trámites de divorcio. Es más, hoy estuve hablando naturalmente con él", dijo algo sorprendida por el anuncio que fue difundido oficialmente desde Resistencia.

Mendoza recordó además que "durante toda la campaña política nos quisieron divorciar, así que hasta que no me llegue la notificación descarto totalmente esta versión".

La diputada electa reiteró su repudio a la represión de una protesta de desocupados, que ayer fue desalojada por la policía, y reivindicó el "honor" de su familia al señalar que "los Mendoza somos honestos, honrados, y no somos comprados por nadie".

"Sandra Mendoza no es Capitanich, yo tengo un apellido que honro. Mi padre, Guillermo Mendoza, fue presidente de la Corte Suprema del Chaco durante todos los períodos democráticos; mi hermano Claudio fue el creador de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de la Nación", acotó.

"No era necesario reprimir. Todavía hay genocidas disfrazados de democráticos. (...) A uno le pueden gustar o no Cristina Fernández y Néstor Kirchner, pero incluso durante la protesta y los cortes de ruta del campo nunca se reprimió, jamás", remarcó.

Respecto de su frustrado ingreso de hoy a la Casa de Gobierno, señaló que "la policía dijo que no puedo entrar por orden del vicegobernador, Guillermo "Yiyo" Ivanoff. El no es el dueño de la Casa de Gobierno, no tiene voto, y si la orden viene de más arriba, va a ser peor, porque es abuso de poder", acotó. "Son tan maricones que no son capaces de mostrarme quién firmó la orden, para que yo pueda hacer la denuncia correspondiente".

Por otra parte, recordó que su esposo y gobernador "viene de una familia radical de agricultores, y que su hermano, Héctor Capitanich, fue candidato a intendente de Ángel Rozas, en 1995. A mí, Capitanich me debe la carrera, porque si mi padre no hubiese hablado con Danilo Baroni para que fuera su secretario privado, y después secretario general de la Gobernación, no habría llegado adonde llegó", añadió.

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