En el informe se constata que Alemania se encuentra en una profunda recesión y afronta el mayor desafío desde la reunificación, según un despacho de la agencia de noticias DPA.

El gobierno estima que la crisis se hará evidente también en el mercado laboral, y pronostica un aumento de 500.000 desocupados, alcanzado un total de 3,5 millones.

Sin embargo, prevé que la coyuntura mejorará entre abril y junio, período en el que cree que el Producto Interior Bruto (PIB) podrá subir por primera vez en un año respecto del trimestre anterior.

Paralelamente, se informó que los precios de producción aumentaron 6 por ciento el año pasado, que representó el mayor incremento desde 1981, comunicó hoy la Oficina Federal de Estadísticas. En 2007, el incremento había sido de 2 por ciento.

La suba fue atribuida al aumento de los precios de la energía, que alcanzó un promedio de 15,4 por ciento respecto del año anterior. Casi la mitad de los aumentos de precios del año pasado se debieron a los precios energéticos.

En tanto, la mayoría de los alemanes mira con escepticismo el paquete de medidas de estímulo económico por 50 billones de euros (66 billones de dólares) con el que la jefa de gobierno, Angela Merkel, confía en proteger de la recesión global a la mayor economía de Europa, según surge de encuesta difundida hoy.

Por encargo del semanario Stern, encuestadores del Instituto Forsa determinaron que 69 por ciento de los alemanes cree que el programa aprobado la pasada semana por la coalición de gobierno encabezada por Merkel, no ayudará a Alemania a remontar la cuesta por la que la economía mundial se precipita cada vez más velozmente.

El lunes, la Comisión Europea había estimado que la economía alemana se contraerá 2,3 por ciento este año, por lo que el país caería en la mayor recesión desde el fin de la Segunda Guerra Mundial (1939-45).

Sólo el 26 por ciento de los encuestados por Forsa manifestaron confianza en que el paquete de estímulo de Merkel, que incluye importantes gastos públicos en proyectos de infraestructura, así como beneficios para quienes compren automóviles nuevos y recortes impositivos, contribuya a salvaguardar la economía del país.

No obstante, la encuesta arrojó que el 59 por ciento rechaza los planes del gobierno de ofrecer 2.500 euros (3.200 dólares) a quienes compren automóviles nuevos, y retiren de circulación sus vehículos viejos en favor de otros más respetuosos con el medioambiente, por no considerarla una buena solución para la crisis que afecta al sector automotor.