El canciller ruso, Serguei Lavrov, respondió ayer a la acción coordinada de sanciones diplomáticas de Occidente contra Moscú. Denunció directamente a Estados Unidos por presionar y chantajear a sus socios para conseguir que 26 países y la OTAN ordenaran la expulsión de 141 funcionarios rusos como represalia por el ataque contra un ex doble espía en Londres. 

“Sabemos a ciencia cierta que es el resultado de una presión colosal, un chantaje colosal, que ahora lamentablemente es el principal instrumento de Washington en la escena internacional”, sentenció ante la prensa el canciller ruso en Uzbekistán durante una conferencia sobre Afganistán. 

La respuesta de Lavrov se conoció justo cuando la OTAN y otros cinco países -Irlanda, Bélgica, Bulgaria, Macedonia, Australia, Moldavia- se sumaron a la decisión del lunes de Estados Unidos, Canadá y 19 países europeos de expulsar o declarar persona no grata a diplomáticos rusos en solidaridad con el Reino Unido. El gobierno de Theresa May acusa a Moscú de haber intentado asesinar al ex espía ruso Serguei Skripal y su hija Yulia en Salisbury, en el sur de Inglaterra.

“Comportarse del modo en que lo ha hecho Rusia tiene costos y consecuencias”, argumentó ayer el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en una breve comparecencia en la que anunció que se reducirá de 30 a 20 la cantidad de representantes rusos en los cuarteles de la alianza política y militar. Stoltenberg explicó que así Rusia verá reducida su capacidad para hacer trabajos de inteligencia en los países de la OTAN.

Irlanda, que no es parte de la alianza militar, se sumó también ayer a la lista de países que adoptaron medidas en contra de Rusia. El viceprimer ministro y titular del la cartera de Relaciones Exteriores, Simon Coveney, anunció la expulsión de un diplomático ruso y explicó que tomó esa decisión para sumarse a las acciones adoptadas por los gobiernos de otros 21 países. En su opinión, el envenenamiento de Skripal y su hija el 4 de marzo pasado no es sólo un ataque contra Reino Unido, sino que, opinó, supone una afrenta al sistema legal internacional.

El shock mundial que produjo la acción coordinada entre 26 países occidentales y la OTAN contra Moscú se sintió con más fuerza que el lunes. 

Mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, su par francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, hablaban por teléfono y celebraban la magnitud de las expulsiones de diplomáticos rusos en el mundo occidental, en China, el gobierno de Xi Jiping dejó en claro que no ve con buenos ojos la ofensiva contra el Kremlin. “China se opone firmemente a cualquier uso de armas químicas, pero todavía pensamos que el caso debe ser adecuadamente tratado por Reino Unido y Rusia, aclarando todos los hechos. En las presentes circunstancias todas las partes deberían abandonar la mentalidad de la Guerra Fría, renunciar a la confrontación y trabajar juntas por la paz, la estabilidad y la tranquilidad”, pidió en una conferencia de prensa la vocera de la Cancillería, Hua Chunying.