Los tres meses de gestos de deshielo en la relación entre Corea del Sur y Corea del Norte desembocaron hoy en el acuerdo de realizar la primera cumbre bilateral el próximo 27 de abril, tras 11 años de relaciones interrumpidas. La fecha fue puesta durante un encuentro de alto nivel diplomático en la frontera del paralelo 38, que las divide desde fines de la Segunda Guerra Mundial. El encuentro fue fijado un día después de que el líder norcoreano Kim Jong-un se reuniera con el presidente de China, Xi Jinping, gesto que fue valorado por los aliados al otro lado de la frontera: Corea del Sur y Estados Unidos. 

Kim Jong-un y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, se verán dentro de un mes en Peace House, como se denomina el pabellón del lado sur de la Zona de Seguridad Conjunta, el único punto de la militarizada frontera entre los dos vecinos en el que soldados norcoreanos y surcoreanos se ven las caras. Así, el encuentro será también el prólogo a la cumbre de mayo venidero entre Kim y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, férreo aliado de Seúl, pero quien desde hace varios días viene anticipando su reunión con Kim, que se realizará en mayo, sin fecha confirmada. 

Trump y el heredero de la dinastía Jong intercambiaron insultos personales con tintes bélicos el año pasado luego de que el régimen norcoreano efectuara su sexta y más poderosa prueba nuclear en septiembre y lanzara tres misiles intercontinentales, que, según los analistas, pueden alcanzar el territorio continental estadounidense.

En la reunión de hoy, los representantes de los dos países, técnicamente aún en guerra desde el cese del fuego de 1963, acordaron volver a reunirse en la propia frontera el próximo miércoles 4 de abril, para seguir concretando detalles con respecto al protocolo y la seguridad de la cumbre.

Sin embargo, el texto no esclarece si las dos partes discutieron los contenidos de la agenda para la cumbre, en la que Seúl insistió que debe estar presente la posible desnuclearización del régimen, un tema del que Pyongyang se ha comprometido a hablar en el último mes. En todo caso, Seúl celebró que se concretara hoy por fin la fecha para el encuentro de líderes, anunciado originalmente hace tres semanas.

Ayer, en su primer viaje fuera del país desde la muerte de su padre Kim Jong-il en 2011, Kim dijo que “la desnuclearización podría lograrse si Corea del Sur y Estados Unidos responden a nuestros esfuerzos con buena voluntad, crean una atmósfera de paz y estabilidad, mientras a la vez se adoptan pasos (...) en dirección a la paz”, tras sacarse una foto con el presidente chino en Beijing. 

Un portavoz de la Casa Azul, sede del gobierno surcoreano,  indicó que la cumbre "puede ser una oportunidad única para establecer la paz en la península coreana". La del 27 de abril será la tercera cumbre intercoreana después de la dos celebradas en Pyongyang en 2000 y 2007 entre el entonces líder del Norte, Kim Jong-il, y los mandatarios sureños Kim Dae-jung y Roh Moo-hyun.

La nueva era de deshielo intercoreano empezó después de que se creara un ambiente de reconciliación tras la inusual oferta de paz de Kim a Seúl en enero de este año, cuando expresó su voluntad de enviar atletas a los Juegos Olímpicos de invierno de PyeongChang de febrero, en los que ambos países finalmente desfilaron juntos en la ceremonia inaugural. Al respecto, el jefe de la delegación norcoreana, Ri Son-gwon, comentó al comienzo de la reunión de hoy que "durante los 80 últimos días se produjeron eventos dramáticos nunca vistos antes".