Hoy a las 16, Fox Life estrenará la novena temporada de Modern Family (se emitirá de lunes a viernes en ese horario). Se ha dicho que esta comedia, ganadora de decenas de Premios Emmy y Golden Globes, fue en los años de Obama lo que Lazos Familiares a la era Reagan. El tiempo ha pasado y  el clan Pritchett-Dunphy-Tucker se adecua con su eterno despelote al 2018. Hay un patriarca (el genial Ed O’Neill) casado en segundas nupcias con Gloria, una bombshell latina mucho más joven que él. Los años no han pasado en vano para el actor, recordado por su papel en Married with Children. Es ideal para hacer de un tipo hastiado. En este caso, además de su matrimonio lleva adelante la relación con los hijos adultos que tuvo con su primera esposa. Claire (Julie Bowen) a duras penas aguanta tener una madrastra más joven e hipersexual, incluso su propio marido (Ty Burrell) no puede dejar de hacer comentarios procaces cada vez que la ve. Ellos dos, en esta temporada, están tratando de superar el nido vacío. Otro gran acierto de la serie es que el rol más formal lo tienen el otro hijo de Jay, Mitch (Jesse Tyler Ferguson) junto a Cameron (Eric Stonestreet). La pareja gay con su hija adoptiva china. Otro atractivo: no abusa de chistes urbanos, generacionales o referidos a la cultura pop (que los hay). Con ritmo de sitcom, una edición justísima y diálogos afilados Modern Family se mantiene estoicamente más allá de que ahora los cobije la era Trump.