Domingo 2 de febrero de 2014. Chile sufría una de las peores derrotas de su rica historia en la Copa Davis ante Barbados y tocaba fondo. Nicolás Massú, el doble campeón olímpico que había debutado como capitán en aquella serie en Bridgetown, le puso el pecho a la situación y supo que sólo había una manera de tomar impulso y resurgir: devolverle al tenis de su país la identidad que lo había caracterizado en los últimos años, antes de su retiro profesional y el de su compatriota Fernando González, con quien ganó una de sus dos medallas doradas en Atenas 2004 y dos títulos en la Copa Mundial por equipos. “Desde que empezó este proyecto creo que hicimos un gran trabajo. Arrancamos desde abajo, con un equipo nuevo y muy joven. Había jugadores que todavía no habían cumplido 18 años. Siempre tuvimos mucha ilusión de sacar adelante al tenis chileno”, expresó el ex número nueve del mundo en una entrevista con PáginaI12.

El hombre, acostumbrado a pelear por cosas importantes durante gran parte de su carrera, había disputado dos veces los cuartos de final del Grupo Mundial en su etapa como jugador –ante Estados Unidos en 2006 y República Checa en 2010–. Sin embargo, no se le cayeron los anillos para tomar las riendas de un equipo en etapa de transición, y asumir el desafío de volver a lo más alto. Así rescató a Chile tras la estrepitosa caída en Barbados, y el peligro de bajar al Grupo III para llevarlo a las puertas de una eliminatoria clave ante Argentina, por la segunda fase de la Zona Americana I, que se jugará el viernes y sábado próximos en el Aldo Cantoni de San Juan, y otorgará un pasaje al repechaje del Grupo Mundial. 

Con Nicolás Jarry a la cabeza, más el aporte de Christian Garin, Hans Podlipnik, Tomás Barrios y el debutante Alejandro Tabilo, buscará dar el golpe frente al conjunto dirigido por Daniel Orsanic y liderado por Diego Schwartzman, el número 16 de ATP.

–¿Qué esperás de Argentina?

–Argentina es una potencia internacional del tenis. Hace poco más de un año salió campeón del mundo. Para nosotros es una buena oportunidad enfrentarnos con una potencia. El favoritismo es de Argentina, sin dudas, así como también nosotros fuimos favoritos en la serie anterior contra Ecuador y tuvimos que jugar los partidos en la cancha. Ahora tendremos que hacer lo mismo. Sabemos lo difícil que es enfrentar a Argentina y más de visitante. Pero tenemos mucha ilusión y es un gran desafío para nosotros. Si aspiramos a estar entre los mejores del mundo necesitamos enfrentarnos con los buenos. Esta serie es una motivación y ojalá podamos dar la sorpresa.

–Este será el primer duelo desde la famosa serie que terminó con sillazos en 2000…

–Aquella serie ya pasó. Fue algo muy triste y no quiero ni recordarlo. Tengo un gran cariño por el pueblo argentino, siempre me abrió las puertas. Gané mi primer título en Argentina; mis mejores amigos del circuito son argentinos, españoles y chilenos. Me inicié como jugador tanto en Chile como en Argentina. Por lo tanto no quiero recordar aquel mal momento.

–¿Cuál es la importancia de tener a Jarry para posicionar al país en el primer plano mundial?

–Que Nicolás tenga resultados es muy bueno para nuestro tenis, y sobre todo para el deporte chileno. Es muy joven, recién cumplió 22 años, y tiene un potencial tremendo. Mide casi dos metros, tiene grandes tiros, se mueve muy bien para su altura y es coordinado. Creo que atraviesa el comienzo de un camino lleno de éxito. Para nosotros es muy importante porque cuando sale un jugador, es ese jugador quien arrastra a los demás.

–Garin escaló más de cien puestos en dos meses, se instaló cerca de los 200 primeros y tuvo un enorme crecimiento este año, ¿creés que lo presionaron mucho desde chico?

–Christian tiene un gran potencial. Juega muy bien al tenis y este año quedó demostrado con los resultados. Los jugadores sudamericanos suelen madurar más tarde. Si afina un par de detalles sólo el tiempo lo convertirá en un tremendo jugador. No tengo ninguna duda de que Christian estará pronto dentro de los 100 mejores del mundo. Y a partir de ahí crecerá todavía más. Tengo mucha fe en que le dará grandes satisfacciones no sólo al tenis chileno sino a todo el arco sudamericano.

–¿Para qué está Chile este año, se puede soñar con el ascenso?

–Nosotros estamos avanzando como equipo. Hay jugadores jóvenes y también con experiencia. Aspiramos a estar el día de mañana en el Grupo Mundial. Cuanto antes lo logremos, mejor. Pero entiendo que no hay que apurar los procesos. Hasta hace un tiempo peleábamos muy atrás, partimos desde cero con jugadores que tenían apenas 16 años. Ni siquiera eran mayores de edad y hoy son jugadores mucho más asentados. Cada uno mejoró su ranking en este tiempo. Ya nos posicionamos como uno de los equipos más fuertes de la Zona I Americana, y en el futuro queremos estar entre los mejores. Todo puede suceder. Nos toca con un equipo durísimo y vamos a pelear de la primera pelota hasta la última. No podemos programar nada pero sí entregarnos al cien por cien. Las cosas llegarán solas. Esto es un equipo; algunos jugadores tendrán su mejor momento en un año, otros en dos o tres años. Cuando todos ellos alcancen la madurez, entonces tendremos más chances de volver al Grupo Mundial.

–Como jugador le diste prioridad a la Davis (28 series entre 1996 y 2011), ¿cuál es su relevancia para un país como Chile?

–El patriotismo que tenemos los sudamericanos es muy grande. Generalmente en la región los tenistas siempre quieren jugar por su país. En mi caso la Davis siempre fue una prioridad, me encantaba jugarla y es de las cosas que más extraño. Representar a tu país es un honor y nuestros jugadores lo entienden. Me siento orgulloso del equipo que tenemos. Somos un equipo joven que el día de mañana puede generar grandes noticias.

–¿Te gusta el posible nuevo formato del Grupo Mundial desde 2019?

–Lo que los directivos intentan es que los jugadores top vuelvan a la Copa Davis. En los últimos años los mejores dejaron de jugarla y esa es una realidad. Los cambios son buenos pero a mí me gusta la Copa Davis de siempre. Me gusta que se juegue de local y de visitante; la viví desde chico de esa manera. Aprendí a jugar con el público, tanto en contra como a favor. La Copa Davis para mí es así y no es de otra forma. Por un lado celebro que se hagan cosas nuevas para avanzar en el tenis pero también la Copa Davis, con el formato de siempre, es única. Tengo sentimientos encontrados, no sé si es mejor o peor. Yo mismo me hago esa pregunta y no tengo mucha respuesta.

–¿Qué extrañás de tu carrera como jugador?

–Como ex tenista extraño todo. Sentir la adrenalina en el vestuario antes de los partidos es incomparable. La carrera del deportista es corta y hoy estoy en la vereda de enfrente. Soy muy feliz como capitán de Copa Davis. Lo mejor que me pudo haber pasado es seguir ligado al tenis, que es mi pasión. Cuando uno se inicia como tenista sabe que la carrera es corta y por eso yo la aproveché al máximo y dejé todo.

–Como ex Top 10, ¿cómo lo ves a Del Potro instalado entre los mejores?

–Juan Martín es un jugadorazo. Es el que lleva la bandera de Sudamérica por el mundo. Los más chicos lo ven jugar y eso es muy importante. De no haber sido por las lesiones, perfectamente habría peleado por el número uno del mundo. Estuvo más de dos años parado y es admirable verlo en este nivel. Más allá del ranking, y si la salud se lo permite, creo que puede pelear arriba un par de años más. Los jugadores top lo respetan porque es un ganador. El tenis sudamericano necesita referentes y me alegra que le vaya bien.