El primero en Argentina

Pablo Mehana

Se los conoce como food halls, mezcla de mercado y restaurantes, lugares sociales, de encuentro y paseo, con grandes ejemplos en el mundo: del pionero Eataly al imponente Markthal de Rotterdam además del reconocido Harrods inglés, entre otros. En ellos se inspira Gourmand Food Hall, abierto hace apenas días en Patio Bullrich. 

El lugar juega con cierta modernidad vintage que le queda muy bien. Bajo un formato de herradura, es fácil recorrer sus distintos sectores: de la parte mercado, la vinoteca, el local de delis importadas y nacionales (un Disney para adultos), la “fromagerie” y el sector de fiambres y embutidos; de la parte de restaurantes (comandados por el chef francés Jérome Mathe, quien supo manejar la cafetería del MALBA), la Birrería, el Oyster Bar, el Bistrot Francais, el Italiano y la Rottisoire, donde un spiedo traído de Francia hace girar pollos de campo y bifes con hueso. 

La apuesta es diversa, acompañando horarios y lógicas del shopping. Del desayuno a la cena, hay opciones con precios muy correctos. Se puede comprar un vino en la vinoteca y beberlo in situ o pedir una picada del día (con gruyere, leber ahumado, mortadela con nuez, lomito suizo, parmesano, bondiola y mozzarella fior de latte) y dos copas de vino a $350. Cada sector cuenta con su propia carta: en la rotissoire, un sándwich de bife jugoso sale con papas rústicas a $190 y en el Italiano la pizza es a la piedra, finita y crocante (Margarita a $160). La Birrería aporta salchichas ahumadas ($60) y hamburguesas de bife de chorizo ($170), para beber con cervezas que van desde Chimay a Heineken pasando por la artesanal de estilo belga Belsh, entre otras. El Oyster Bar reclama un descanso al atardecer (3 ostras a $150, salmón a la plancha con cous cous a $240) y el Bistrot Francés, la propuesta más seria, arrasa con pulpo a la plancha ($190), paté de hígado al oporto ($150), magret de pato ($290), ojo de bife con hueso ($330) y más. 

Comer en un shopping suele estar lejos de ser una experiencia placentera, menos aún original. Este food hall cambia ambas cosas. 

Gourmand Food Hall queda en Patio Bullrich (Posadas 1245). Horario de atención: de domingos a jueves, de 10 a 23; viernes y sábados, de 10 a 1. 


Su lugar en el mundo

Pablo Mehana

Petit Markets es un nuevo y pequeño polo gastronómico, que involucra apenas unos pocos locales ubicados en la planta baja de un edificio (el Palmera Olivos, a metros del río). Pero no se trata de cualquier local; no, son todas marcas fuertes de la gastronomía nacional, desde Carne (la hamburguesería del archipremiado chef Mauro Colagreco) a Le Pain Quotidien, pasando por Lucciano’s (con una heladería preciosa) y el reconocido Pablo Massey, que mudó allí su marca propia, La Panadería de Pablo, la misma que hasta hace pocos meses estaba en San Telmo. El lugar mantiene la estética moderna (con evidente firma del diseñador Horacio Gallo) y a su vez confortable, en un espacio amplio con mucha madera clara, ladrillos esmaltados en negro brillante, abundante hormigón y hierro, lámparas de diseño y una gran barra de nueve metros. La cocina apuesta a productos de estación con recetas que gustan a los porteños, interpretadas por la mirada de Massey. 

Todos los mediodías hay un “menú de estación” (entrada y principal o principal y postre, con varias opciones para elegir, a $280; $330 con vino), que incluye por ejemplo un gazpacho de melón con oliva, tostada y polvo de jamón crudo; un matambrito de cerdo al Josper –el Josper es la estrella de la casa, genial horno a las brasas que cede sabor ahumado a los platos–; y un curd de lima con frutillas y crocante de coco. La carta principal suma varias carnes (el bife ancho de 500 gramos sale al punto pedido, $480), pastas (ravioles de zapallo asado con manteca de salvia, $210), pescados, ensaladas y entradas, todo acompañado de buenos vinos y cócteles pensados por Inés de los Santos. 

Jueves, viernes y sábados hay ciclos de música con djs invitados, y los domingos recuperan el brunch, con platos similares a la carta (aquí el bife, por ejemplo, sale $380), huevos en distintos estilos, dulces, pizzas finitas (Napolitana a $190) y muchos cócteles en jarras.

El lugar es un éxito, la gente se acoda en la barra esperando mesa. Está claro: La Panadería de Pablo encontró en este polo gastronómico su nuevo lugar en el mundo. 

La Panadería de Pablo queda en Corrientes 421, Olivos. Teléfono: (15) 2422-1133. Horacio de atención: martes a domingo de 9 a 2 am.  


Tiene coronita

Pablo Mehana

El paseo se llama Marcela Brenda Iglesias, en recuerdo de la niña que falleció allí al caer una escultura sobre ella, hace ya 20 años, pero la memoria es laxa y la mayoría aún se refiere al lugar como Paseo de la Infanta, un recorrido hoy nuevamente comercial (con polémica incluida), instalado bajo las vías del tren al costado de los Bosques de Palermo. Desde fines de 2015, estos 200 metros sacaron lustre gastronómico, aprovechando el aire libre de la zona. Lugares que abren de la mañana a la noche, para “runners” que buscan rehidratarse a costa de limonadas o grupos de postadolescentes que beben pintas de cerveza artesanal y hamburguesas. 

Entre las varias ofertas, a Coronita le toca ser la pizzería de la zona. Y lejos del estereotipo del fileteado porteño, acá apostaron a un ambiente al que llaman “californiano”. Léase, sendas tablas de surf apoyadas en las paredes, camareros con camisas hawaianas, un servicio relajado y música que sube su energía a la par del avance del día. 

La carta de Coronita ofrece empandas ($25), ensaladas (desde $130), sándwiches (entre $100 y $180), picadas ($350 para 4), tartas. Pero lo mejor es obviar esta parte (todo correcto, nada superlativo) y apuntar directo a la pizza, especialidad de la casa: masa fina, crocante, con mucho relleno por encima y sabores varios. La De la huerta, por ejemplo, es muy rica, con vegetales grillados a buen punto de cocción ($170 cuatro porciones, $210 seis, $230 ocho). Hay clásicos como la Mozzarella ($120/$160/$190) o la Pepe Roney (con cantimpalo de Tandil, $155/$200/$230) y especialidades como la Spicy (mozzarella, provolone, jalapeños y tabasco, de $170 a $270) y la Coronita Special, bomba que suma queso, panceta, huevo frito y pimientos ($180 a $280). 

Cócteles playeros –Caipi, Mojito, Daikiri, todos a $90–, cervezas (porrón de Quilmes a $45, de Stella Artois a $75, botellas de 710ml de Patagonia a $120) culminan una propuesta que, sin revolucionar la escena culinaria, logran su cometido: una noche relajada, con música y pizza, bajo el cielo estrellado. 

Coronita queda en Av. Infanta Isabel 110. Teléfono: 4774-8933. Horario de atención: lunes mediodía, martes a domingo de 11 a 2am.