Ayer se festejó en todo el mundo el Día del Investigador científico. En la Argentina, miles de trabajadores del sector –investigadores, becarios, profesionales, administrativos y técnicos– denunciaron las consecuencias del ajuste macrista en el área de Ciencia y Tecnología. 

“Nos acaban de recortar en  millones en el presupuesto del Conicet con el mecanismo de reasignar partidas. También le podaron tres mil millones a las universidades. Los ingresos de los investigadores, el personal técnico y el administrativo se vienen achicando. Los presupuestos para los institutos se ajustaron en un 20 por ciento, los subsidios no se están pagando. Por eso, más allá de que no tengamos despidos abiertos, como tiene el INTI, nos están llevando a una situación en la que no vamos a poder funcionar, porque no vamos a poder pagar la luz. Todos los montos asignados quedaron caducos por la inflación y la suba del dólar, no llegamos a comprar insumos y estamos volviendo a los ‘90, a atar todo con alambre”, señaló Flavio Sives, delegado de ATE en el Conicet. 

Durante la jornada, la comunidad científica organizó paneles y volanteadas a lo largo en todo el país. En la ciudad de Buenos hicieron una protesta frente a la sede del Conicet, en el barrio de Palermo, y dieron una charla en la carpa montada frente al Congreso. Hubo también paneles en La Plata, una choriceada en Santa Fe –bautizada como Chorinet– y una feria de ciencia en Rosario. Las protestas coincidieron con el primer día de paro de una huelga de 48 horas en las universidades, convocadas por la Conadu y la Conadu históricas, que exigen un aumento salarial del 25 por ciento y más presupuesto para las universidades. 

“No es solamente una cuestión de cuánta gente ve en peligro su trabajo, sino de las condiciones precarias en las que ya estamos”, adivirtió el consultado. “Tenemos el antecedente de lo que pasó en la universidad de Río Cuarto, donde por trabajar en malas condiciones terminamos haciendo servicios a las grandes empresas, con contrataciones sumamente precarias, y terminó volando la universidad, con seis muertos,  porque tenía tanques de tolueno mal almacenados”.