La petrolera estatal YPF aumentó ayer 3,5 por ciento el precio de sus naftas y 2,5 por ciento el de combustibles diésel. De este modo, se sumó a los ajustes que aplicaron Shell y Axion, aunque el incremento fue menor al de la competencia que el jueves había subido 4,5 por ciento las naftas y 6 por ciento el gasoil. Desde que se desreguló el mercado, hace apenas seis meses, el aumento supera el 30 por ciento.

En la Ciudad de Buenos Aires, la nafta premium de YPF trepó de 28,29 a 29,28 pesos (3,5 por ciento) y la súper de 24,39 a 25,24 pesos (3,5 por ciento), mientras que el gasoil premium aumentó de 25,07 a 25,70 pesos (2,5 por ciento) y el gasoil común de 21,52 a 22,06 pesos (2,5 por ciento)

Desde que el mercado se desreguló, las petroleras toman como referencia para fijar el precio de sus combustibles la cotización del barril de crudo, pero como ese precio está en dólares también influye en los precios locales la variación del tipo de cambio.

Cuando se aplicó el último ajuste, el 6 de febrero, el barril de petróleo Brent que se toma como referencia cotizaba a 66,86 dólares y desde entonces fluctuó entre un piso de 62,79 y un techo de 70 dólares a fines de marzo (ayer trepó a 72,06 dólares, pero esa suba no se tomó en cuenta para el ajuste). A su vez, desde el último aumento el dólar trepó de 19,95 pesos a 20,51 pesos, un 2,8 por ciento.   

Otra variable que incide en el precio del bioetanol, utilizado para el corte de 12 por ciento de las naftas. El Gobierno fijó el 28 de marzo nuevos precios provisorios del bioetanol con incrementos que varían entre el 11 y el 18 por ciento, ya sea derivado de la caña de azúcar o del maíz.

El 23 de octubre del año pasado, luego de haberse aplicado el primer aumento posterior a la desregulación del mercado, el presidente Mauricio Macri ofreció una conferencia de prensa en la que justificó el incremento. “Cuando llegamos, el mundo tenía un nivel de la nafta que era mucho más barato que en Argentina. Cuando quisimos desregular e ir al precio internacional nos encontramos que en las provincias del sur, productoras de gas y petróleo, había mucha gente que se quedaba sin trabajo. Como nuestra obsesión es cuidar el trabajo y generar nuevos trabajos hicimos un acuerdo con esos sectores para hacer un precio sostén, una transición, y les dijimos: ‘A partir de octubre del año que viene (por 2017) ustedes van a tener que vender al mismo precio que se vende en el mundo’. Llegamos a octubre y ahora tenemos un sistema energético en el que se puede importar y exportar sin impuestos y vamos a pagar el combustible lo que vale en el mundo. Pasa que justo ahora el combustible aumentó”, aseguró Macri. “Yo soy optimista, creo que en el futuro el petróleo va a volver a bajar”, agregó, pero eso no ocurrió.