Nada tan cristalino y níveo como los Alpes suizos. Nada tan aséptico y libre de maléficos gérmenes como una clínica médica en los Alpes suizos. Pero, en ese contexto deliberadamente frío y límpido, anida una intriga francófona que incluye alucinaciones, eventos inexplicables y una frontera borrosa entre la ciencia empírica y fenómenos –acaso– paranormales. Ese es el contexto en el que se desarrolla Anomalía, la miniserie suiza de ocho episodios rodada en 2016, que estrenará para la TV local la señal Europa Europa el próximo martes a las 22. Una talentosa y joven neurocirujana llega como flamante incorporación a una clínica en la montaña y su arribo, acompañado de un hijo y un pasado oscuro, es el eje de un relato que buscará ubicar a Suiza en la premier league de las series internacionales de alto impacto, mérito que en esta edad de oro de las sagas televisivas ya han conseguido otras banderas europeas no angloparlantes, por caso, las producciones españolas, alemanas y suecas. PáginaI12 entrevistó a la autora de Anomalía, la guionista Pilar Anguita-MacKay, quien nació en Chile, estudió en los Estados Unidos y está radicada en Suiza. Y que promete una serie que genera “suspenso, un poco de miedo, temas interesantes en qué pensar y un choque conflictivo entre ciencia y creencia”. 

–¿Cómo funciona ese choque de paradigmas en Anomalía? 

–Anomalía trata sobre una doctora que tiene poderes sobrenaturales, que se despiertan cuando vuelve a su lugar de nacimiento, a su origen. Hasta ahora ella había estado física y espiritualmente alejada de todo esto, ya que trabaja en medicina robótica en Ginebra, una gran ciudad. Creo que es una serie original, que sale de lo que normalmente se ve en materia de series. 

–En la serie aparecen las alucinaciones como recurso narrativo. ¿Alucinar, dudar entre qué es real y qué no, es una característica de estos tiempos? 

–Si, sobretodo en medicina. Hay muchos diagnósticos diferentes, depende de qué se esté analizando. Pocos médicos alopáticos tienen una visión global del paciente. Por otro lado, el paciente tiene también su punto de vista y quiere saber y participar en su proceso de curación. Las cosas se han vuelto más relativas, hay poca certeza. La protagonista de Anomalía, Valerie, tiene poderes especiales. En la serie ella descubrirá que puede ver el origen de la enfermedad de sus pacientes. Este origen está en el pasado, en un hecho que ha ocurrido en una familia y que quedó sin resolver. Estas son sus alucinaciones, que al principio le asustan y nos las entiende. Pero poco a poco comprenderá que los espíritus le muestran por dónde resolver la enfermedad.

–Usted nació en Chile, vive en Suiza. ¿Qué componentes chilenos, o latinoamericanos, advierte en Anomalía?

–Ciertamente el género fantástico, los espíritus, las creencias en lo sobrenatural. La serie es un encuentro entre culturas diferentes (que son ahora las mías), la latinoamericana y la europea, aunque con un modo narrativo norteamericano, que es donde estudié. 

–¿Y nota algún elemento especialmente suizo?

–La serie en Suiza tiene mucho sentido, ya que aquí el 75 por ciento de la gente ha visitado al menos una vez en su vida a un curandero, a un guérisseur, para ser curado. Tres de cada cuatro personas creen en los poderes sobrenaturales de cierta gente. Y esto es in-cre-í-ble cuando piensas que estamos en 2018, en el centro de Europa. Pero forma parte de la tradición, ya que esté país está dominado por las montañas y, en el pasado, tener acceso a médicos era difícil, por lo que entonces se acudía a los guérisseurs, ya que cada pueblo tenía el suyo.