Mientras en la puerta de la comisaría 30, agentes de la Policía porteña reprimían con gases lacrimógenos a quienes llegaron al barrio de Barracas para solidarizarse con los detenidos, el secretario de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Marcelo D'Alessandro, justificó la represión y alegó que los trabajadores "fueron detenidos por cometer los delitos de interrupción del servicio y atentado y resistencia a la autoridad" e intentó desvincular del conflicto al jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, a pesar de que el plan de lucha de los metrodelegados comenzó en rechazo a la paritaria que la Ciudad firmó con la UTA, el gremio con menor representación en el sector, que contempla un aumento del 15 por ciento en tres cuotas. 

D'Alessandro, además, cargó contra los trabajadores reprimidos esta mañana en los andenes de la Línea H. "Nosotros extremamos el diálogo, como siempre lo hacemos. No entraron en razón y había más de 100 mil usuarios afectados por las acciones que eran llevadas adelante por esta gente y la policía actuó en consecuencia. Nosotros tenemos que garantizar el servicio del subte", justificó el funcionario.

A pesar de que Néstor Segovia, el líder de Metrodelegados, denunció que lo detuvieron “por discutir paritarias”, D’alessandro insistió en que se lo detuvo “por la interrupción del servicio, porque él se atrinchera en la cabina de una formación impidiendo la salida (del tren) y por atentado y resistencia a la autoridad". "Usamos grupos de contención porque esta gente empezó a tirar piedras, tiraban vallas a las vías, se tiraban ellos a las vías, atacaban a la policía; se realizó un despliegue en diferentes estaciones de la Línea H porque se tiraban en diferentes estaciones para interrumpir el servicio", subrayó D'Alessandro, poco antes de que comparezca Rodríguez Larreta.