La FIFA anunció que el seleccionado ruso de fútbol no incurrió en dopajes tras cerrar una investigación donde no se encontraron “suficientes pruebas para aseverar que se hayan violado las normativas”. El caso surgió tras la publicación del Informe McLaren en 2016 que hacía foco en el consumo de sustancias prohibidas en los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi 2014.