La Cámara de Casación de París deberá definir mañana si aprueba o no el pedido de extradición del represor Mario Alfredo “Churrasco” Sandoval solicitado por el juez argentino Sergio Torres en el marco de una causa por crímenes de lesa humanidad cometidos en la ESMA. La Cámara de Casación de París tendrá en sus manos el requerimiento de la Justicia argentina para juzgar a Sandoval por el secuestro y desaparición de Hernán Abriata, en 1976. Esta Cámara deberá confirmar el fallo de la Corte de Instrucción de Versalles que el 19 de octubre de 2017 se pronunció favorable a la solicitud argentina del juez Torres, tal cual coincidiera la Corte de Instrucción de París en 2014. 

El proceso iniciado por el juzgado federal de Sergio Torres comenzó en 2012, por lo que la demora de la Justicia francesa ya lleva seis años. En ese sentido, la Cámara de Casación deberá tomar una decisión definitiva en torno a la situación judicial del represor. El ex policía federal Mario Alfredo Sandoval, alias “Churrasco”, estuvo destinado en el Departamento de Asuntos Políticos de la Policía Federal Argentina entre 1976 y 1979. Integró el grupo de tareas 3.3.2. La Justicia argentina requiere a Sandoval por el secuestro y desaparición del joven Abriata, estudiante de arquitectura e integrante de la Juventud Universitaria Peronista (JUP). Fue secuestrado por un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada, el mayor centro clandestino de detención durante la dictadura. “Churrasco” Sandoval estuvo al frente de la patota de la Policía Federal que ejecutó el operativo el 30 de octubre de 1976. Vestido con ropa de fajina, se identificó ante los familiares del joven, les dijo que pertenecía a Coordinación Federal y que llevaba a cabo “un procedimiento de rutina”. Al finalizar la dictadura, Sandoval se radicó en Francia, donde obtuvo ciudadanía y se diplomó en materia de seguridad e inteligencia económica. Trabajó como asesor de los paramilitares colombianos, como colaborador de varias empresas y dio clases en universidades francesas. Su foto apareció publicada en la Argentina y los padres de Abriata lo identificaron como el inspector que acudió a detener a su hijo.